La responsabilidad del América va más allá de los dorsales que llenen el 11 inicial, André Jardine hizo varios cambios, pero con el mismo compromiso ante Tigres: la victoria. El experimento no sólo le salió bien al brasileño, también demostró que su equipo puede ser competitivo sin importar el jugador que esté en el terreno de juego.

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El 2-0 ante Tigres sólo fue una muestra más que las Águilas viven un idilio perfecto con la victoria. Sin tener el juego más espectacular, los cremas derrotaron a Tigres, que pareció uno minino en la cancha del Azteca.

Las rotaciones se apoderaron por completo de la alineación azulcrema. Jiménez, Juárez, Fuentes… gran parte de la banca fue lo que Jardine decidió colocar en la reedición de la final. Siboli no aprovechó eso y también modificó respecto a lo que era habitual.

El encuentro comenzó peleado, con rechaces y jugadas futboleras. Marcelo Flores tuvo la primera. Un derechazo de la perla azteca pasó por encima de la cabaña del Ochoa Jiménez.

Zendejas partió como el creador de juego y sufrió para abrir el sector que Fierro y Gorriarán dominaron. Incluso, Álex fue fauleado, algo que poco le importó a un Javairo Dilrosun, quien se llevó la pelota para crear magia. El neerlandés se quitó a uno, dejó en el suelo a otro y fusiló a un Nahuel que nada pudo hacer. ¡Gol del América!

Al primer lapso no le pasó más, sólo un error entre Kevin y Jiménez levantó a los presentes, sin mayor problema.

El complemento trajo a un felino herido y con ganas de revancha. Jiménez, con un manotazo que se impactó en el larguero, evitó el empate para la Universidad Autónoma de Nuevo León.

Jardine no especuló más, mandó a Henry, Quiñones y Fidalgo, el resultado fue otro con los titulares en el campo. Un pase a la espalda de Sánchez Purata dejó solito a Zendejas. Alejandro, con la marca del central felino, controló la pelota y tocó suave ante un Nahuel que no logró responder.

El segundo tanto fue lapidario. Gignac entró, también Aquino, Vigón, Pizarro y Herrera, pero las garras de los Tigres estuvieron chatas, no hubo más en el Azteca, América es líder y tiene la fórmula perfecta para ganar… ¡hasta lo hace con suplentes!

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