Con autoridad, y sin polémicas, Katia Itzel García dio un paso gigante para el arbitraje femenino en México. La silbante internacional desde 2019 dio una lección de lo que es manejar un duelo sin controversia. Al grado de mantener el control de la victoria de los Gallos Blancos sobre Pachuca. En el 2-1 favorable para Querétaro, le dio fluidez al juego, lo que le permitió llevarlo de forma correcta.

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La árbitra central midió a la perfección sus decisiones, no regaló nada a nadie. Se mostró como lo que debe ser un juez. Es decir, impartiendo justicia sobre el terreno del Huracán y muestra de ellos fueron las siete tarjetas amarillas que mostró. No fue un partido más para las silbantes mexicanas, fue el momento para demostrar que se puede creer en ellas, tal como lo hizo Virginia Tovar hace 20 años en el Irapuato vs América. García demostró que hay profesionales válidas y capacitadas en nuestro país.

Ni Guillermo Almada, o Mauro Gerk se centraron en su trabajo, lo que significa la mejor noticia para un árbitro. Su trabajo no fue cuestionado por los 22 protagonistas en la cacha, indicativo de que fue correcto. Fue Federico Lértora quien abrió el marcador en una jugada a balón parado. El mediocampista argentino clavó un testarazo que se coló al fondo del arco en un rincón entre el poste y el arquero Téllez.

En el complemento Facundo Batista aprovechó que la zaga tuza quedó mal parada en el área y puso el 0-2 en el marcador. Como ya es costumbre, los reclamos enérgicos de Almada comenzaron. Una sola llamada de atención bastó para poner en calma al uruguayo, Katia Itzel continuó con el compromiso. Una sospecha de los Tuzos por un posible penalti a su favor rodeó a la colegiada que los despejó al instante para escuchar a sus compañeros por medio del audífono. Procedió a revisar la jugada en el campo.

Con voz firme y segura de su decisión tras la revisión en el VAR, marcó el penalti que sirvió para que Salomón Rondón volviera a poner a los Tuzos en ángulo de pelea. Al menos para buscar la igualada. Sobre el final, Batista intentó engañar a la silbante en busca de conseguir un cobro desde los once pasos, aunque está no cayó en el juego y lo invitó a levantarse para seguir con el duelo.

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A lo Pachuca, los albiazules comenzaron a hostigar el arco de Tapia, que soportó los embustes en una y otra ocasión. Cuando el guardameta intentó hacer tiempo para enfriar a los locales, vio la tarjeta amarilla. Al final, los 7 minutos compensados por García no fueron suficientes para que Pachuca evitará la caída, a Almada le salió caro guardarse a sus hombres titulares de inicio pensando en el duelo ante el Philadelphia Union en la Concachampions.