Antes de llegar a las fuerzas básicas del Malmö FC, el padre de Zlatan Ibrahimovic le aconsejaba dedicarse al boxeo, pues su altura y fuerza con los puños sería de ayuda para una carrera promisoria. Además, su tío Sabahudim fue pugilista en la extinta Yugoslavia. Sin embargo, los deportes de contacto lo acompañaron toda su carrera.

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“Mi primer amor deportivo siempre fue el taekwondo”, dijo Zlatan en una entrevista. Esta disciplina combina los golpes con los puños a las patadas, cosa que el sueco aprovechó para emplearla en sus remates a portería.

Arsene Wenger, entrenador del Arsenal, invitó a Ibra a hacer pruebas al club, pero “yo no hago pruebas. Nunca me dio una oferta formal y fue mi mejor elección”.

Cuando Zlatan Ibrahimovic ganó la cinta negra en taekwondo

El delantero quería jugar para Bosnia (nació en Suecia y su padre es Bosnio) pero aunque su padre envió una carta a la Federación para que lo aceptaran. No fue hasta que cumplió 21 años que lo buscaron. Para ese entonces, Zlatan ya tenía la opción de elegir a Suecia. Y su condición fue: “o la Selección mayor o nada”, y al final, fue nada.

Ibrahimovic nunca dejó de practicar taekwondo y cuando jugaba para el AC Milan en Italia. Fue galardonado con la cinta negra, que te avala como el nivel de mayor experiencia en la disciplina.

Los saltos de Zlatan Ibrahimovic llamaron la atención del público. Pues era capaz de estirar sus piernas para alcanzar los balones y que estos entraran a portería. Ganó 32 títulos como profesional a nivel colectivo y es considerado uno de los mejores jugadores de la historia.

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