Los jugadores que hablaban y demostraban el amor por los colores hoy son solo un mito. Pocos quedan de esa estirpe que solía quedarse en un solo equipo a pesar de cualquier circunstancia. Tanto así que se volvían leyendas. Hoy, los hombres de una sola camiseta como Franceso Totti, Paul Scholes, Paolo Maldino, o Cristóbal Ortega -este último en México- están en peligro de extinción.

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En México el más grande símbolo de lealtad es Cristóbal Ortega, es más, hay quienes dicen que su nombre es sinónimo del Club América. Estuvo con las Águilas desde 1974 hasta 1991 y obtuvo un palmarés envidiable: 6 ligas, 3 Campeón de Campeones, 3 Copa de Campeones de la Concacaf y 2 Copas Interamericanas.

También en el continente americano se puede hablar de Ricardo Bochini, máximo ídolo en la historia de Independiente de Argentina. El apodado Bocha debutó en 1972 y terminó su carrera con el rojo en 1991. Logró cuatro Copas Libertadores, 3 Copas Interamericanas, 2 Copas Intercontinentales, 2 Campeonatos de Primera División y 2 nacionales.

Hombres de una sola camiseta en Europa

En el Manchester United hay algunos ejemplos de hombres de una sola camiseta y que fueron de sus últimos estandartes. Por ejemplo, el ‘Colorado’ Paul Scholes y Ryan Giggs, dos jugadores sumamente emblemáticos para la media cancha. Scholes jugó para los Red Devils de 1993 a 2013, mientras que Ryan Giggs, de 1990 a 2014.

Cuando escuchas el nombre de Carles Puyol, de inmediato se piensa en el Barcelona. El capitán culé debutó con los blaugranas en 1991 y se retiró al 2014. El zaguero se convirtió en un ídolo y además formó parte del equipo que logró ganar absolutamente todo.

Finalmente, en Italia están los dos más claros ejemplos de lealtad y amor por una camiseta.

En el Milan hay un apellido que está ligado directamente al club: Maldini. Cesare jugó ahí y su hijo Paolo también se mantuvo toda la vida en el cuadro rossonero. Actualmente, Daniel Maldini pertenece a Il Diavolo, aunque se encuentra cedido al Monza.

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Francesco Totti es otro de estos casos, porque nunca salió de la Roma. Es más, tuvo ofertas del Real Madrid, pero nunca quiso tomarlas. Prefirió el amor por el equipo que le dio la oportunidad que cualquier cantidad de dinero.