Terry Bradshaw es considerado por muchos como el mejor quarterback en la historia de los Pittsburgh Steelers, siendo el lanzador que los llevó a conquistar cuatro títulos de Super Bowl durante la década de los setenta, además de liderar por décadas el registro de yardas por aire y pases de anotación en la franquicia de Pensilvania.

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De manera curiosa, uno de los máximos ganadores del Vince Lombardi en la historia no tuvo un inicio de carrera acorde a los resultados que obtuvo. Procedente de Louisiana Tech, Bradshaw fue la primera selección del Draft de 1970 y llegó a la NFL como la próxima gran promesa.

Increíblemente, su llegada a Pittsburgh se dio gracias al lanzamiento de una moneda, ya que los Steeleres y los Bears finalizaron la temporada 1969 con récord de 1-13, por lo que aquel “volado” definió el destino del que sería uno de los jugadores más legendarios.

Contrario a las expectativas, sus dos primeras temporadas en la liga fueron una pesadilla, siendo un quarterback errático que perdió cinco de sus primeros ocho encuentros y lideró la estadística de intercepciones durante su campaña de debut.

TERRY BRADSHAW PARECÍA QUE SERÍA UN FRAUDE MÁS DEL DRAFT

La idea de ver a la próxima gran figura de la NFL poco a poco se desvanecía, Bradshaw no dejaba de lanzar intercepciones y en cuatro temporadas, lanzó 73 intercambios de balón en solo 44 juegos.

Finalmente, tras perder la titularidad al inicio de la campaña de 1974 ante Joe Gilliam, Bradshaw regresó irreconocible y llevó a los Steelers al Super Bowl IX ante los Minnesota Vikings para finalmente entregarles su primer Vince Lombardi.

A partir de entonces, a pesar de que las intercepciones siempre fueron una constante, el ’12’ de los acereros se consagró logrando el tercer Bicampeonato en la historia de la NFL y en seis años, convirtió a Pittsburgh en el equipo que más veces había ganado el Super Bowl hasta ese entonces.

“Muchos más fracasos se deben a la falta de voluntad que a la falta de capacidad”, fue una de las frases que dejó Terry Bradshaw quien después de lanzar para 27,989 yardas y 212 pases de anotación se convirtió en el séptimo jugador que pasó de la primera selección del Draft al Salón de la Fama de la NFL.

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