Al lado de los nombres de El Santo y Blue Demon se encuentra el de Místico. El oriundo de Tepito, Ciudad de México marcó un antes y un después en la lucha libre mexicana, mantuvo a propios y extraños frente al televisor durante sus combates en los encordados, unió a las clases sociales y abarrotó todas las arenas que existen en el pancracio nacional. Sin embargo, todo lo que inicia tiene un final, él propio ‘Rey de Plata y Oro’ lo sabe y ya prepara su adiós.

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Místico quiere disfrutar los frutos de su trayectoria, colgar la máscara a una buena edad para poder seguir dentro del mundo luchístico pero sin los duros reveses de esta profesión. “Nadie somos robots, no somos maquinas, sabemos que el cuerpo se va a cansar algún día y hay que decir adiós y para eso estoy preparado. Siempre he dicho en mis entrevistas que me quiero retirar joven y lo voy a hacer, para eso me preparo día a día”, comentó Místico, el capitalino que hoy estelariza los carteles del Consejo Mundial de Lucha Libre.

Sin embargo, antes de luchar por última vez frente a su público, quiere dejar un aporte a las nuevas generaciones, sumar a esta gran tradición por medio de los uenvos talentos: “Sí me gustaría dejar como un legado a mis compañeros, con mi grupo de lucha que tengo en mi escuela y es una motivación muy grande, eso es lo que me hace más joven por dentro para seguir trabajando. El día que me llegue a retirar quiero dejar esa motivación en los jóvenes, que digan ‘así como fue el señor, yo quiero ser como él, porque él ayudó y yo quiero ayudar a los demás’”.

PESE A SU TRAYECTORIA, MÍSTICO SIGUE APRENDIENDO

Del mimos modo, confesó que el entrenar con los talentos emergentes de la Arena México es algo que hace recurrentemente, ya que después de 25 años como profesional, aún tiene mucho por aprender:

“Cada persona tenemos un mundo en la cabeza, me gusta aprender de los jóvenes, traen otra teoría, otro entrenamiento. Las leyendas que me tocó en mis tiempos tenían otra teoría, me gusta aprender de ambos y hago mi propia fórmula, así me mantengo siendo un grande”.

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Recordó sus inicios, aquel camino que recorrió antes de presentarse por primera vez con esa máscara plateada que le abrió las puertas del éxito, mismo que llegó después de batallar contra el recelo de las figuras que existían cuando él era un novato.

“Cuando debuté como Mítico fue algo muy difícil, me tocaron monstruos de la lucha libre. Agarré mucha gente que en verdad no te dejaba crecer, no te dejaban hacer nada arriba del ring, tú tenías que demostrar lo que te venían enseñando tus profesores. En ese tiempo para que las estrellas tres dejaran llegar al lugar de ellos era muy difícil, agarré gente muy importante”, agregó.