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17, enero 2024 - 12:37

┃ Miguel Angel García

Pablo Hermoso de Mendoza revolucionó la historia del toreo / Foto: Instagram pablohermosonet

En 1983 aparecería por vez primera Pablo Hermoso en la localidad de Viana, un joven larguirucho muy audaz que llegaría para darle un vuelco al clásico estilo de rejoneo. Quizá ni el propio Pablo sabía los alcances tendría su crecimiento, al grado de conseguir una verdadera revolución a nivel mundial, pues la historia de esta disciplina se reescribió como antes y después de Pablo.

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Cuando escuchamos su nombre lo primero que se nos viene a la mente es el toreo a caballo, conocido mayormente como rejoneo o Arte de Marialva, (Pedro José de Alcántara de Menezes Noronha Coutinho, IV marqués de Marialva, 1713, 1799, quien estableció la doctrina del arte ecuestre).

El rejoneo, hasta antes de Pablo Hermoso, 300 años después, se realizó al estilo más clásico sin mucha mucha variedad en suertes. No obstante que cada rejoneador imprimió estilos personales.

Foto: Oswaldo Figueroa

Aquella tarde de 1983 hizo su debut como rejoneador en el tentadero de Virgen de Cueva, montando a su único caballo, Cafetero, para lidiar una vaca más resabiada que su ganadero. Sin embargo, esta dura prueba le abrió la oportunidad para presentarse en la feria patronal de su ciudad natal, Estella.

Ha obtenido triunfos en todas las plazas del mundo, desde las placitas de trancas hasta las grandes monumentales. Todo coso que ha pisado el navarro es para triunfar, en ningún lado ha dejado de salir a hombros. Vamos, que Pablo ha hecho lo inimaginable y lo que parecía imposible. Ha batido sus propios números y se ha superado cada temporada.

Hermoso de Mendoza también ha movido una industria de gran envergadura, gracias a un equipo profesional y dedicado en cuerpo y alma a él. Un torero como Pablo se contrata solo y bajo sus condiciones. Realmente no son condiciones adversas, sino las que promuevan la alta eficacia de las empresas para que la presentación del rejoneador sea un éxito rotundo.

Foto: Oswaldo Figueroa

En ese sentido el equipo de Pablo ha sido clave para que no se escape ningún detalle. Por eso cuando Pablo llegó a México, con el tiempo se volvió bastante esperado por muchas empresas. Su estancia era para reactivar plazas, aficiones y generar un sin fin de empleos indirectos y directos. Además de la compra de ganado bravo por docenas y encierros completos. Terminó siendo una industria para el toreo y ahora con su ausencia habrá cierta desolación en muchos lugares donde era base principal de las ferias.

Su palmarés es impresionante: 2,603 corridas hasta el sábado pasado; 5,034 toros lidiados; 4,843orejas cortadas; 397 rabos y 1661 puertas grandes, el rejoneador es ya una leyenda viviente, aunado a sus múltiples reconocimientos y premios. Por citar menos de la mitad: 12 trofeos Cossio al mejor rejoneador de la temporada española; 4 premios Real Maestranza de Sevilla; 5 trofeos al mejor rejoneador de la temporada grande de la Plaza México. Esto y más tiene convertido al estellés en más que la máxima figura del rejoneo, sino en el referente en los cuatro puntos cardinales del planeta.

Con esa historia y más a la espalda, se presentará en el 5 de febrero como figura principal del festejo por el 78 aniversario de la Plaza México.

Así surgió la leyenda de Pablo Hermoso de Mendoza

En su biografía oficial se lee que Pablo nació un 11 de abril de 1966, en Estella, Navarra, (España). Último hijo de Pablo Hermoso de Mendoza Galdeano y Natividad Cantón Baños.

Desde su infancia Pablo anduvo en los menesteres del mundo taurino y la hípica. Fue alguacilillo en su pueblo y a los ocho años obtuvo el título de campeón infantil de hípica del norte.

Cuentan en su historia que, en 1981, cuando cierta tarde le tocó presenciar la retransmisión en televisión de una corrida de rejones, el joven navarro quedó hundido en sus pensamientos y fue el día en que la semilla del rejoneo se le sembró en el corazón.

Años después, descubrió al amor de su vida por partida doble. Miren Tardienta Araiz sería su esposa y con ella reforzaría su pasión por los caballos, ya que ella gustaba de ese mismo amor. La iglesia del Monasterio navarro de Irache fue testigo del enlace matrimonial el 4 de diciembre de 1994. Para el 13 de agosto de 1999 llegaban al mundo los mellizos Paula y Guillermo y posteriormente la tercer hija, Alba.

El 6 de octubre de 1985 se presentó en su primer coso de categoría, el de la Monumental de Pamplona, durante una novillada económica. Para el 18 de agosto de 1989, en Tafalla llegó la ansiada alternativa, tarde en que salió a hombros habiendo cumplido sobradamente la expectativa.

No obstante, fue aquella sustitución en la Feria del Pilar de Zaragoza, festejo que se retransmitió en directo a toda España, la que al estellés catapultó hacia las estrellas y a la consagración. Habiendo llegado como mero sustituto, abandonó el coso como una figura. No hubo crédito para lo que Pablo mostró y la evolución que patentó en el ruedo dejó sin palabras al espectador. Solo había algo claro: era una nueva era en el toreo a caballo.

A partir de esa fecha, todas las plazas del universo taurino fueron paulatinamente rindiéndose ante el ímpetu y la clase del jinete navarro. Las aficiones de Sevilla y Madrid sucumbieron a su encanto desde 1995, además Portugal y Nimes en Francia. En 1998 cruzó el Atlántico y se en presentó Lima y Quito.

Para el 25 de abril de 1999 consiguió lo que pocos, salir a hombros por la Puerta del Príncipe de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, después de haber cortado un rabo como justa premiación a una lidia extraordinaria y prodigiosa que hizo cimbrar hasta el más recóndito cimiento de la plaza y de la afición hispalense.

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Ese mismo año se presentó en México, país que siempre le apasionó. Especialmente por la riqueza de su tradición ecuestre en el marco de la charrería. Partió plaza. Se presenta en La México el 14 de noviembre de 1999, cortando dos orejas y el 5 de febrero de 2000, aniversario del coso, causó una total conmoción al cortar un rabo. El primero y único que se ha concedido en el coso de Insurgentes por una faena desarrollada enteramente a caballo.