A los más de 80 mil aficionados presentes en el Estadio Azteca se les detuvo el corazón por un milisegundo, cuando Nahuel Guzmán y Luis Malagón realizaron atajadas casi irreales, que evitaron que se abriera el marcador y alguno diera paso firme rumbo a levantar el título.

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Las Águilas no la pasaron bien en el primer tiempo de la final de vuelta. Los felinos, muy diferente al papel que mostraron en Nuevo León, salieron a dominar el partido desde el silbatazo inicial. Con mucha dificultad, América poco a poco espabiló en el “Coloso de Santa Úrsula”, y después de 28 minutos por fin tuvieron una oportunidad de peligro, pero se vio frustrada por el arquero de Tigres.

Julián Quiñones, desde la banda izquierda, centró al segundo poste donde Diego Valdés esperaba totalmente solo. El volante chileno se perfiló y con un movimiento impactó el balón de volea. Nahuel Guzmán retuvo el disparo y evitó la caída de su marco. El arquero argentino volteó a las gradas y celebró con euforia su acción a los americanistas. Los fanáticos no se quedaron con las manos cruzadas y respondieron con mentadas de madre.

Momentos más tarde, los azulcremas vivirían otro susto aunque en esta ocasión fue Luis Malagón quien los salvó. Diego Lainez mandó un centro frontal por una falta en la lateral derecha, y apareció André Pierre Gignac por enfrente de todos los defensivos para rematar seco de cabeza. El impacto fue certero, pero el arquero de las Águilas alcanzó a meter la mano y mandó el balón a tiro de esquina.

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Al inicio del partido, Gignac tuvo la oportunidad de abrir el marcador con una volea, pero la misma apenas rozó el arco de Malagón.