San Nicolás de los Garza.- En Nuevo León los Libres y Lokos lo hicieron de nuevo. Hace unos días, en la semifinal de vuelta, la afición hizo una caravana en apoyo a Tigres y previo a la final de ida ante América, todo cambió a un pasillo de recibimiento en el Volcán. Diferente mecánica, pero misma pasión incomparable la que se sintió el cuadro felino en su primer partido de la serie en casa.

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La afición universitaria se ha distinguido por ser una de las más pasionales del futbol mexicano y en los cotejos más importantes para la institución lo demostraron. La iniciativa surgió del grupo de animación oficial del equipo llamado Libres y Lokos. En su cuenta oficial en redes sociales dio a conocer la estrategia de aliento para que los jugadores dirigidos por el director técnico Robert Dante Siboldi se sintieran arropados desde antes del inicio del juego.

“Los esperamos para dar el último aliento que se note que todos queremos una vuelta más, que pese el Volcán y que el aliento no falta ni un solo momento. Juguemos nuestro partido y que se sienta el apoyo a full desde la llegada del plantel”, escribieron, y se logró.

Todo fue un éxito. La cita fue antes de las siete de la tarde, pero desde mucho tiempo antes, los seguidores auriazules se congregaron en la puerta donde usualmente aparece el camión de jugadores. Todo el lugar estaba repleto con seguidores, algunos valientes con su playera, pero otros más abrigados por el clima frío en el estado.

RECONOCIERON A SU EQUIPO

La hora se acercó y los cánticos empezaron a sonar a todo pulmón. “Dale Tigres, dale Tigres”, se escuchó. “Soy de la banda de San Nicolás, siempre te vamos a alentar, jugando bien, jugando mal, Tigres no puedes perder, la tribuna está llena otra vez, como esta hinchada otra no hay”, fue como dio inicio todo el espectáculo.

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Sólo separados por una valla donde colgaban mantas con las frases “El más querido y ganador de Nuevo León” y “Nuevo León es de Tigres” todo se llevó a cabo en orden y en paz. Los aficionados vieron cómo arribó el transporte de sus ídolos y entre bengalas, bombas de humo, tambores y trompetas y cánticos, fue como Tigres hizo su aparición. Nunca se sintieron solos, mucho menos en su territorio que se pintó de auriazul.

Fue incomparable. La pasión por los Tigres en el norte de país da como resultado imágenes que pocas veces pueden verse en estadios de futbol en México, aunque en Nuevo León se ha vuelto una costumbre.