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Mira

16, noviembre 2023 - 19:23

┃ Arturo Méndez

Crixus llegó a trabajar con su uniforme por debajo de la ropa Foto_Cortesía CMLL

La pasión por la lucha libre siempre estuvo en las venas de Crixus, un joven originario de Culiacán, Sinaloa que desde pequeño soñó con algún día pisar el ring de la Arena México con el CMLL. Sin embargo, en el camino lo más complicado fue el inicio, ya que tuvo que cumplir las demandas de sus padres para poder dedicarse de lleno al pancracio.

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De muy niño yo quise empezar a entrenar lucha libre, sin embargo, mis papás primero me exigieron los estudios, tuve que llevar un equilibrio y darle un avance no tan rápido como otros compañeros, sino más lento al tema de los entrenamientos, porque lo tenía que combinar con el estudio. No podía fallar en el estudio, y fue hasta que me recibí como ya profesionista, como ingeniero industrial y en sistemas que ya tuve la oportunidad de poder debutar profesionalmente en la lucha libre también”, narró a ESTO el gladiador que también cuenta con una especialidad en seguridad e higiene.

ANTES DEL CMLL CRIXUS TUVO QUE CUMPLIR CON SU FAMILIA

Tras graduarse, Crixus ejerció un par de años como ingeniero, aunque siempre al paralelo de sus entrenamientos en el encordado, siempre respetando el espacio de cada una, nunca quiso mezclar de manera directa ambos ámbitos.

El combinar la ingeniería con la lucha libre, pues no es nada fácil, yo trabajaba para empresas transnacionales y aprovechaba mis horas de comida para salirme a entrenar pesas, o lucha libre, porque los fines de semana yo tenía trabajo o luchaba en la Arena Coliseo de Guadalajara, y esto era anónimo, la gente dentro de la empresa no tenía por qué saber si yo llegaba lastimado, golpeado, cansado, porque yo tenía que dar el resultado como ingeniero y arriba del ring como luchador para toda la gente que había pagado un boleto. Entonces, mantener esta identidad, por así decirlo, ¿no?, esta profesión alterna o paralela”, agregó.

VIVIÓ LA COMBINACIÓN DE AMBOS ESTILOS

Esta sobre vida que llevaba le trajo consigo diversas complicaciones, tales como tener que esconder la lucha libre debajo del uniforme de ingeniero en algunas ocasiones.

Es complicado y tengo varias anécdotas allí donde de repente a la hora de la comida yo estaba entrenando lucha y me hablaban, ¿sabes qué, tienes una junta o una conferencia?, y prácticamente arriba de la ropa de entrenamiento me ponía la ropa de ingeniero y vámonos a la empresa. Llegaba por ahí todo golpeado, cansado, pero pues no tenían por qué ellos enterarse. El poder llevar ese equilibrio y dar resultados en ambos rubros no era fácil, pero sí, yo tenía pues clara la meta, yo soñaba con pertenecer al Consejo Mundial de Lucha Libre, con pisar la Arena México y nunca dejé de caminar para cumplir esa meta”, apuntó.

Pacientemente esperó una oportunidad que no tardó en llegar. Fruto de su trabajo fue contratado para luchar en la Arena Coliseo de la capital mexicana, esa ocasión sin saberlo voló de Guadalajara a la Ciudad de México para quedarse. El objetivo del pequeño soñador se alcanzó, sin embargo, el camino de la ingeniería es uno que desea retomar. Después de grabar su nombre en la historia del Consejo Mundial de Lucha Libre.

“Mira, yo creo que ambas me apasionan, la ingeniería, la lucha libre, son dos profesiones que disfruto ejercer y que mejor que el día de mañana pudiera existir ese equilibrio en el que pudiera seguir trabajando, ejerciendo mi profesión y también escalando peldaños aquí en el roster de la Arena de México”, cerró.

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