Tashkent, Uzbekistán.- Uno de los campeones mexicanos con mayor pegada en la historia es, sin duda, Carlos Zárate, quien de sus 66 victorias, 63 de ellas fueron por la vía rápida.

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Tras el gran reconocimiento que recibió por su trayectoria, durante la Convención Anual del Consejo Mundial de Boxeo que se celebra en esta capital, el Cañas platicó con el Diario de los Deportistas, junto a su foto de campeón mundial que lo hizo rememorar esos años de gloria que vivió en el cuadrilátero en la década de los setenta como campeón mundial de peso gallo, siendo parte de la época de oro del boxeo mexicano.

“Me siento feliz de la vida, querido por Dios, porque estas cosas son muy grandes para mí. Son cosas muy satisfactorias, pertenezco a un organismo muy hermoso que es el WBC. Es un honor recibir este homenaje”, expresó visiblemente emocionado el miembro del Salón de la Fama del Boxeo Internacional en Canastota, Nueva York.

Al tener junto a él la foto en su etapa que fue campeón del mundo, de inmediato trajo al presente la disciplina que lo llevó a alcanzar su objetivo.

“Es hermoso ver esta foto, porque tuve la disciplina para llegar al campeonato mundial y ganar un campeonato mundial es lo máximo. De acordarme se me enchina la piel, es una cosa hermosa, una emoción indescriptible”, exclamó Zárate, quien se coronó en mayo de 1976 al noquear en tremenda guerra al también mexicano Rodolfo Martínez en El Fórum de Inglewood, California.

Añadió que “la bendición de Dios fue importante para ser campeón. La segunda, la disciplina para estar en los gimnasios y prepararme. Toda mi carrera fui muy profesional y no fallaba a entrenar. Le echaba muchas ganas. Me alejaba de muchas cosas que llaman mucho la atención para alcanzar los deseos de cada persona. Pero me detuve en su debido tiempo de todo eso”.

Luego de su paso glorioso en el boxeo, cayó en el mundo de las adicciones, de las que logró salir gracias a la fuerza de voluntad y el apoyo que tuvo de parte de sus seres queridos.

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“Después de que fui campeón, tuve también mis bajas, pero como me puso una persona, soy campeón de la vida y campeón de boxeo. Tengo un orgullo hermoso, porque también saboree el privilegio de ser una persona limpia, que ama a sus hijos, que mis hijos me aman. Que mi familia está en una posición bonita, hermosa conmigo, con toda la gente. Es una cosa divina la que vivo”, finalizó con una enorme sonrisa.