Motivada por las glorias de María del Rosario Espinoza y Guillermo Pérez en Beijing 2008, Leslie Soltero se aventuró a incursionar en el mundo del taekwondo. Aunque apenas tenía siete años, sus sueños de la infancia estaban influenciados por la pasión a los deportes que se vivía en su casa, entonces los Juegos Olímpicos, ese evento que cada cuatro años se veía religiosamente a través de la televisión, se convirtieron en un objetivo.

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Con el paso de los años, la taekwondista oriunda de Mexicali logró superar el umbral del hobby para convertir el deporte en su modo de vida. Después de múltiples triunfos en etapas infantiles y juveniles, Leslie Soltero se ha perfilado a punta de resultados como una de las máximas promesas en una disciplina que a lo largo de la historia ha dado siete medallas olímpicas.

“Yo entré al taekwondo en el 2008, justo el año en el que María Espinoza y Guillermo Pérez fueron campeones olímpicos. Una de chiquita tiene muchos sueños, pero ese sueño permaneció y saber que ahora estoy en lucha de ese sueño olímpico me pone muy contenta, estoy muy agradecida y muy orgullosa de todo el trabajo”, confesó Leslie, en entrevista con ESTO.
Luego de ganar la medalla de oro en los Juegos Panamericanos, la primera presea dorada que sumó tras la explosión que supuso convertirse en campeona mundial en el 2022, la mexicana está ubicada en la posición siete del ranking olímpico, con 296.71 unidades. Leslie aún busca subir una vez más al podio en lo que resta de este 2023 para sumar puntos que le permitan acercarse al anhelado top 5, lo cual le daría el pase directo a París 2024.
“Nos seguimos preparando muy fuerte, entrenamos todos los días muy fuerte para lograr ese sueño olímpico. Nos queda una competencia este año, que es el Grand Prix final, en Manchester, queremos cerrar muy fuerte para conseguir una medalla en este evento y posteriormente mirar la clasificación olímpica”, dijo.

Con París 2024 en el horizonte, Soltero retomó el camino perdido tras el Campeonato Mundial de Guadalajara 2022, cuando, de manera sorpresiva, se consagró como la mejor del mundo. El resultado elevó las expectativas, sin embargo, el inicio del 2023 fue complicado.
“En mi primer Campeonato del Mundo de adultos yo fui campeona del mundo. Fue mucho, la verdad, estaba lista en ese momento, pero cuando llegó fue impresionante, cambió mi vida completamente. Después, en este 2023, vinieron muchas derrotas, tal vez se consiguieron podios, pero no el objetivo final, que es la medalla de oro. Esto no me desanimó, eran herramientas para poder trabajar, para seguir creciendo, seguimos luchando para conseguir esa medalla de oro y que mejor que hacerlo en estos Juegos Panamericanos”, dijo la taekwondista, quien estudia psicología y sueña con especializarse en criminología.
Convertirse de la noche a la mañana en campeona mundial no fue fácil de dimensionar. “Tardé un buen rato, me cambió la vida, para bien, tal vez sí se vinieron encima algunas presiones en otros ámbitos. Ya había tenido medallas en juvenil, pero una medalla de adultos todos te voltean a ver, todos esperan de ti un resultado, eso no lo sentí como una presión. Me da gusto que sepan que estoy luchando por un sueño. Nunca ha sido fácil este camino, siempre han habido derrotas, no siempre se logra el objetivo, pero un atleta está acostumbrado a esto. Después llega el éxito, porque uno trabaja más fuerte para que llegue. Eso me pasó a mí y afortunadamente logré el oro en los Panamericanos, me dio gusto que no me rindiera con estas derrotas. Y que al contrario, me impulsaran para seguir creciendo”.

Metida en la rutina del deporte de alto rendimiento, a Leslie la mueve la gloria de las medallas. Pero también lo intangible, el hacer que todo el esfuerzo valga la pena. “Yo me salí muy chica de mi casa, desde los 15 años me vine a vivir a la Ciudad de México. Entonces dije ‘esto tiene que valer la pena, tiene que valer la pena dejar a mi familia, dejar mi ciudad. Mexicali, tiene que valer la pena luchar por este sueño’, desde un inicio he trabajado muy fuerte para cumplirlo. Me llena de orgullo saber que, lo que de niña soñaba, hoy se está haciendo realidad”.

Una vez que terminó el combate que la consagraba como campeona panamericana. Leslie Soltero, junto a su entrenador, tomó la bandera de México y dio la vuelta triunfal. La taekwondista de 22 años cumplió con su objetivo de cerrar en lo más alto del podio la justa continental.
“Tenía que seguir concentrada porque en el taekwondo cualquier ventaja se te puede ir, seguí concentrada. Se terminó el tiempo y se me vino toda esa alegría y esa felicidad de saber que había ganado la medalla de oro. Junto a mi entrenador, y ver su cara de gusto. Correr juntos con la bandera de México, todas esas son sensaciones muy bonitas”, contó Leslie respecto a esos últimos minutos de combate.

“Cada pelea la viví al máximo, tenía mucho tiempo sin enfocarme tanto en una competencia, esta era fundamental en el ciclo. Salí muy fuerte, con muchas ganas, viví cada pelea al máximo”, agregó.
La medalla de oro conseguida por Leslie, aunada a la plata que consiguió por equipos. Fueron parte de una actuación histórica del taekwondo mexicano, un deporte que siempre tiene las miradas encima, algo que a menudo puede causar presión. “A mí en lo personal me motiva, el saber que el taekwondo mexicano es muy fuerte, que está dentro de los mejores desde siempre. Desde una María Espinoza, un Guillermo Pérez, que fueron campeones olímpicos, desde ahí México ha hecho historia en el taekwondo. Y ahora me toca a mí estar haciendo esa historia en los Juegos Panamericanos, con estos cuatro oros, logramos hacer historia como equipo”, dijo.
“El taekwondo en los Juegos Panamericanos también hizo historia, saber que soy parte de este equipo me pone muy contenta”, cerró.

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