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17, octubre 2023 - 16:24

┃ Arturo Méndez /ENVIADO

Pese a su juventud, Diego se ha preparado toda su vida para la Panamericana / Cortesía: Diego García

León, Gto.- La Carrera Panamericana tiene varios participantes. Decenas de pilotos y navegantes se dan cita en México para el recorrido más desafiante del país a lo largo de 3 mil 600 kilómetros de carreteras, no es una prueba sencilla. Los más veteranos gustan de esta prueba detrás del volante, mientras que en Vocho 268 de la parrilla un joven Diego García de 16 años se intenta abrir paso en el automovilismo mexicano al lado de su padre.

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Siendo el concursante más mozo de la edición 36 de la Panamericana, Diego es el encargado de guiar a su padre en las pronunciadas cuevas y desgastantes caminos del rally más grande del país. En charla con ESTO rememoró de dónde nació este amor por el deporte motor:

“A mi papá le encantan los coches clásicos, entonces desde los cuatro años siempre formó parte de mi vida; yo con eso crecí”, comentó García mientras colocaba sus guantes sobre la mesa para poder cenar después de finalizar la cuarta etapa de ‘La Carrera’.

Lo que para muchos puede sonar a una locura, para Diego se volvió una meta. Conseguir estar en una Panamericana fue su meta desde pequeño.

“Desde que tengo memoria siempre hablábamos en mi casa de la Carrera Panamericana y siempre era como tener la idea de correrla en algún momento, hace dos años mi papá fue y este año me invitó a correrla con él”, agregó.

Cortesía: Diego García


Superó los retos para poder llegar

Resaltó que el camino no fue sencillo, atravesó por diversas complicaciones que a su edad cualquier otro joven no viviría. El combinar la escuela con horas de estudio extra sobre autos, perfeccionar la técnica de manejo, tener una tarea más que el resto lo hizo considerar abandonar el reto en algunos momentos.

Fueron como cuatro meses de estar estudiando, viendo videos, pidiendo ayuda a nuestros mecánicos para entender ciertos temas y prepararme”, apuntó. Sin embargo, los momentos donde aprendió a manejar mediante lecciones de su padre lo ayudaron a recordar esos sentimientos de adrenalina detrás de un volante y se inspiró para lograrlo.

La primera vez que me subí a un coche a manejar fue a los 8 años con mi papá, fui mejorando un poco con el tiempo. Al final es tener comunicación, todo puede pasar en la carrera, entonces es importante estar preparados los dos para cualquier cosa”.

Cortesía: Diego García

Tuvo que convencer a su familia de que estaría seguro

Ya con todo listo para la Panamericana solo hubo un último paso, convencer a la familia, en especial a una persona, su madre.

“Algunos se emocionaron, a otros no les gustó tanto la idea, pero todos estuvieron felices por mí. Al final sabían que este siempre había sido mi sueño. Mi mamá me dijo ‘regresas a la casa sano’, es lo único que nos dijo”.

Diego es un fiel creyente de que en el futuro habrá más pilotos mexicanos en la élite, igual de importantes y de influyentes en la sociedad como Sergio Pérez, sólo es cuestión de empeño y trabajo duro en las nuevas generaciones como él está buscando hacerlo.

“Es complicado el deporte motor porque apenas está creciendo en este país, pero con las ganas de una nueva generación podemos hacer que las oportunidades acrézcame cada vez más aquí”, cerró.

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