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16, octubre 2023 - 6:00

┃ Yael Rueda

Ricardo Marín hizo llorar a su familia de felicidad cuando llegó a Chivas / Foto: Ramón Romero

Ricardo Marín visitaba Iztapalapa para ver a su abuelito. A veces recogía las mesas en Tacos Los Pipos, establecimiento que pertenece a Don Lamberto, pero al realidad es que le gustaba salir a la cuadra echar cascarita.

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A pesar de ese gusto por ayudar a su familia, en su visita a la Ciudad de México, lo que más le gustaba era salir a cascarear con los cuates de la cuadra. Por ello se ganó el apodo de “El Chanfle 3”.

Don Lamberto sigue trabajando en Los Tacos Pipos desde hace 31 años / Foto: Ramón Romero

“Anotaba los goles siempre, le decía el chanflecito. Se ponía a jugar aquí y eso que todavía no estaba pavimentado”, relató su abuelo.

Hasta la fecha, Ricardo Marín mantiene el gusto por la pelota, incluso cuando está de vacaciones. Su hermano Ángel compartió que cuando están juntos, suelen dominar el balón y jugar FIFA.

“Somos muy unidos los tres hermanos. Es muy padre pasarla juntos, vivimos de la patada”, afirmó.

Además, cuando Marín les dio la noticia de que iba a ser nuevo jugador del Guadalajara, su abuelo lloró de felicidad por verlo cumplir sus sueños.

Ricardo Marín le regaló a su abuelo su jersey de cumpleaños / Foto: Ramón Romero

A su abuelo hasta las lágrimas le dieron del gusto. Por ver que su nieto había logrado lo que tanto soñaba”, dice María Concepción, esposa de don Lamberto.

RICARDO MARÍN TIENE LOS PIES SOBRE LA TIERRA

No es una novedad que Ricardo Marín mantenga la humildad, a pesar de su buena temporada con Chivas. Sus padres se mantienen cerca de él. Papá siempre está al pendiente de todo lo que pasa con él, a pesar de no estar en Guadalajara. Mamá viaja constantemente a verlo.

“Tiene una gran responsabilidad. Somos una familia muy unida y hemos tratado de que se dé cuenta de cómo es la vida, que hay altibajos. Creo que ha tomado todo eso. Cuando está mal le llamamos la atención aunque tenga sus 25 años, siempre lo estoy cuidando aunque yo no esté allá”, aseguró Pablo Marín.

Don Lamberto y María Concepción son pilares en la familia de Ricardo Marín / Foto: Ramón Romero

Aunque el crecimiento de Ricardo Marín ha tenido altibajos, su rendimiento y disciplina lo ayudó a avanzar. “Yo me iba a la porra contraria”, dijo su papá. Lo hacía con el fin de escuchar lo que se decía de su hijo y así poderlo ayudar a mejorar.

“Los números no mienten, ahorita estaba viendo que ya es el líder de sprints, eso habla muy bien de él, de que está trabajando”, dijo.

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