13, octubre 2023 - 16:54
Los navegantes son parte fundamental / Cortesía: Carrera Panamericana
A lo largo de la historia la Carrera Panamericana ha sufrido diversas tragedias al volante. Algunas de ellas por factores de la ruta y otras más ocasionadas por errores humanos. Sí bien el piloto del vehículo es el que maniobra el volante, no es el único protagonista del juego. Su copiloto, mejor conocido como ‘navegante’ para efectos de este evento es el que dirige la expedición por los más de 3 mil 600 kilómetros de recorrido.
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Aunque muchas veces el acompañante del asiento delantero sólo se encarga de poner buena música y ameniza el recorrido, en ‘La Carrera’ las cosas son muy distintas. Los navegantes son los responsables de la integridad y seguridad de ambos en las carreteras.
“Es un apoyo total que le brinda seguridad al piloto. Hay tres factores importantes, el automóvil, que incluye condiciones mecánicas, dos, el piloto, que entre navegante y piloto deben de conocer las capacidades del auto y el piloto es el 50 por ciento de conducción y el copiloto es como la guía”, comentó Iván García, colaborador de la Panamericana que cuenta con varias ediciones en su currículum.
LA LABOR DE LOS NAVEGANTES EN LA CARRERA PANAMERICANA
Su labor inicia desde el registro a la competencia, momento en el cual se convierte en el custodio de la ‘Libreta de Ruta’. Este engargolado con más de 150 páginas es considerado ‘la biblia’ de los corredores durante los próximos siete días de la justa. En él están trazadas los caminos, señalizaciones, destinos y mapas de todo el recorrido.
Sin embargo, su lectura no es sencilla, ya que está dividido por etapas, secciones, distancias y referencias que deben ser interpretadas de la mejor manera por el copiloto. Página por página el Libro de Ruta describe a detalle los elementos que se verán en el camino, cada cuántos metros se deberán leer las señalizaciones y qué tipo de curva es la que están por atravesar. Como parte de una buena administración de su labor, el copiloto porta un par de plumas o lápices en su pantorrilla izquierda, en unos pequeños bolsillos en su traje de Nomex hechos para dicho fin. Esto para efectos de ir palomeando cada señalización que ya fue atravesada.
LAS DISTACCIONES PUEDEN SER FATALES
El más mínimo error de concentración puede causar una tragedia al volante, tal como Iván rememoró en charla con El Diario de los Deportistas.
“Hace unos años vinieron dos hermanos de Guadalajara, al navegante se le cae la pluma y para levantarla se quitó el cinturón. No avisó que venía una curva y el auto se siguió de frente, el impacto hizo que al agacharse y con el impacto se desnucara (el navegante)”.
En el afán de seguir resaltando la importancia del navegante, García rememoró con tristeza un lamentable acontecimiento en el cual un piloto y su novia ocultaron la aventura a los padres de la joven y acabó en la muerte de ambos.
“La chava no tenía permiso, dijo que iba con unas amigas. Se fueron y en una de las etapas el sol no les dejó ver el camino y en lugar de tomar la curva se fueron al barranco”, apuntó, enfatizando en que una correcta lectura del libro de ruta hubiera evitado el fatal incidente.
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