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27, septiembre 2023 - 21:12

┃ José Ángel Rueda

Laura Vaca logro dos récords mundiales en Fukuoka. Foto: Cortesia Prensa Nelson Vargas

Laura Vaca logro dos récords mundiales en Fukuoka. Foto: Cortesia Prensa Nelson Vargas

Habían pasado 27 años de su retiro del alto rendimiento, pero algo había en el interior de la nadadora Laura Vaca que reclamaba el vértigo de las competencias. Fue entonces cuando de pronto se vio arriba de un banco, en la alberca del Comité Olímpico Mexicano, aquella donde tantas veces entrenó.

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Tenía 46 años, era la primera vez que incursionaba en un evento Masters y los nervios apretaban. A punto de que sonara el silbatazo de salida, Vaca quería decirle al juez que esperara unos minutos, que solo iba al baño y regresaba, pero ya no había tiempo.

La nadadora saltó al agua y la memoria del cuerpo recordó esos días de juventud. Cuando representó a México en los Juegos Olímpicos del 68 y del 72.

“Mi sorpresa fue que en el momento en el que me tiré al agua, se me olvidaron los nervios, todo se me olvidó, y me enfoqué en lo que estaba haciendo y dar mi mejor esfuerzo. Eso no se me había olvidado, el esforzarme y concentrarme, y al salir de esa primera prueba, que no se me olvida, me dije ‘ahora, de aquí en adelante, te vas a demostrar lo que puedes hacer, y aunque tengas nervios vas a tener que aprender a controlarlos’, y así lo hice”, recuerda la nadadora, en entrevista con ESTO.

Dos décadas después de esa primera competencia, Laura Vaca se ha consagrado como una leyenda de la natación Masters. A sus 70 años, viene de ganar cinco medallas de oro en el Campeonato Mundial de Fukuoka, como si el tiempo no pasara.

“Soy un ser humano común y corriente, pero con muchos deseos de superación, eso es lo que me hizo llegar hasta donde estoy”, dice, con una vitalidad contagiosa.

“Es una gran satisfacción para mí haber logrado una meta más, una ilusión más, un sueño más, porque mi vida está llena de sueños, sueños que he logrado en distintos campos de la vida y eso me satisface y me motiva cada día. La historia de Laura Vaca en el agua viene desde la infancia. Muy pequeña comenzó a nadar y apenas a los 15 años cumplió el sueño de participar en los Juegos Olímpicos de México 1968.

Cuatro años más tarde compitió en Múnich 1972 para finalmente retirarse a los 19 años, sin saber que la natación, la pasión de su vida, la acompañaría siempre.

Esa disciplina que forjó en el alto rendimiento, donde llegaba a nadar hasta 23 kilómetros diarios, es la base de una longevidad asombrosa.

“Yo fui educada para cumplir y esforzarme lo mejor posible en el alto rendimiento, a superar ese umbral del dolor. Entonces me quedaron muy grabados los valores a través de esas enseñanzas. Ese fue el entusiasmo que me inyectó el deporte, y también mis padres, en toda esta travesía que tuve, con buenos resultados, con obstáculos, pero que me levantaba cada vez que me caía. Con esas ganas de poder superarme, poder superar mis marcas, poder superarme a mí”.

No tardó mucho tiempo la mexicana en dar resultados, tanto en la alberca como en aguas abiertas, donde ha cruzado incluso el Canal de la Mancha. Desde su primera participación en el Campeonato Mundial. En el 2000, ha dominado progresivamente cada una de las categorías Masters. En la cosecha de medallas y de récords mundiales, como si el paso de los años la fortaleciera.

Por lo mismo, no hay fecha ni plazo para dejar las albercas. “El único límite que tendría yo es que no tuviera la salud que tengo ahora. Y siempre pienso que el único que puede impedirme lograr cumplir mis retos es Dios. Estoy viva, me motiva, me hace sentir bien. Tengo metas, quiero hacer otras aguas abiertas, quiero lograr otro récord mundial, pero ahora sería en 200m mariposa”.

Los días de la nadadora empiezan a las 4:30 de la mañana. Con el sonido de la alarma comienza el trajín de una jornada en la que dedica las mañanas a cumplir con el rol de entrenadora. Pero por las tardes vuelve a ponerse el traje de baño y se lanza a la alberca.

ENTRENA CUATRO DÍAS A LA SEMANA PARA PODRE NADAR LAS PRUEBAS MÁS PESADAS

Sus entrenamientos duran un aproximado de 1 hora 40 minutos. Cuatro veces por semana, y lo demás lo dedica al gimnasio y a los estiramientos para poder cumplir con las exigentes carreras como lo son los 200m mariposa, así como los 400m y los 800m libres. Se alimenta de manera sencilla, come verduras, vegetales, frutas, carne, pollo y pescado.

“Yo ya no nado diario, he aprendido mucho a escuchar mi cuerpo, cuando uno está joven y le duele algo no hace caso. Si me duele algo o tengo una contractura la atiendo”.

Su ideología, donde los límites no existen, se refleja en su cotidianidad. “Yo he descubierto que los límites los ponemos nosotros. No hay que tener esa duda ni ese miedo para renunciar a nuestras ilusiones y nuestros sueños, no renunciar. El camino no es fácil, pero a base de trabajo logramos todo. Perseverancia, tenacidad, amor por lo que hagas, eso te hará llegar a la meta que desees, creer en ti y llegarás a la meta que tú desees”.

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