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17, septiembre 2023 - 14:29

┃ Álvaro Zaldaña

Pumas supo sufrir y se quedó con la victoria / Foto: Mexsport

Es común que Pumas siempre tenga el apoyo de su gente cuando jueguen en CU, que jueguen con su corazón y también que últimamente dominen a sus rivales. Lo que no es tan normal es que anoten goles y que ganen, pero la victoria 3-2 contra el líder San Luis parece que finalmente le puso punto final a esa malaria.

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El transitar del partido fue el mismo que ha tenido Pumas cuando ha jugado de local, mucho dominio pero poca o nula contundencia y al final son castigados por no poder abrir el marcador.

Los primeros 25 minutos Atlético de San Luis no existió en la cancha del Olímpico Universitario. Por supuesto, en gran parte por la tranquilidad con la que jugaron José Luis Caicedo y Rodrigo López en la media, pero también por el cierto temor que provocó César Huerta siempre que tomaba el balón.

Los tuneros se replegaron cuando el resto del equipo tenía el control del esférico, pero en cuanto el Chino daba alguna sensación de amenaza, dos e inclusive tres potosinos llegaron a bloquearle el paso. El extremo logró hacer un par de jugadas interesantes, pero se quedaron solamente en la emoción de las gradas que entraban en éxtasis para vez que Huerta entraba en acción.

Poco a poco el sorpresivo super líder terminó con el dominio felino, y Julio González tuvo que entrar al quite con una palomita fuera de su área y una barrida de emergencia para arruinar un par de contragolpes.

LA POLÉMICA SE HIZO PRESENTE

Como siempre, la polémica no faltó por parte de César Ramos. En el primer tiempo, el silbante negó marcar una posible mano para Pumas y luego una falta sobre el Chino Huerta, y como es común, eso desestabilizó a los universitarios y el “Cata” Domínguez les propinó el primer tanto con un solitario cabezazo en tiro de esquina.

Pumas intentó reaccionar, pero Toto Salvio no estuvo acertado en el contragolpe de 3 contra 2, y luego el arquero Diego Urtiaga le quitó al Toro Fernández la oportunidad del empate con un achique.

UN SEGUNDO TIEMPO DE MUCHAS EMOCIONES

Tan solo al iniciar el complemento la polémica con Ramos Palazuelos continuó, pues parecía haber una patada clara contra Gabriel Fernández en el área y, de hecho, el nazareno en un principió lo marcó. César Huerta estaba listo en el manchón penal pero tras revisar el VAR, el silbante echó para atrás la decisión.

Por supuesto, con tres posibles penales no cobrados, la afición universitaria comenzó con una lluvia de mentadas peor a la que azota actualmente a la Ciudad de México.

Turco Mohamed vio como solución volver a jugar con doble nueve, como lo fue en la victoria contra Tigres, por lo que dio ingreso a Juan Dinenno por Gustavo del Prete, quienes provocaron una interesante combinación de elogios y mentas en un corto intervalo.

Sin embargo, la idea del Turco resultó, pues a los pocos minutos el Toro asistió al Comandante para al fin permitir que las más de 14 mil personas en las gradas explotaran en júbilo.

Los universitarios buscaron extender la alegría con el tanto de la ventaja, pero se llevaron otro bofetón cuando Vitinho remató de cabeza, de campanita puso el 1-2 y enmudeció al Olímpico de CU.

LA AFICIÓN SUFRIÓ HASTA EL FINAL

Ya cuando todo parecía perdido, cuando las gradas murmuraban otra vez el común “no valen madre”, el hombre del momento, César Huerta apareció con un zapatazo al ángulo para revivir las esperanzas.

Pero el momento cumbre con el que Ciudad Universitaria tembló con todo y su estructura de piedra volcánica, fue gracias al gol del Toro Fernández en el último suspiro. Ese con el que los felinos le pegaron al super líder, provocaron una lluvia de cerveza y el llanto de emoción en los más pequeños. El que una vez más ilusionará a sus aficionados, aunque lo más probable es que vuelvan a jugar con su corazón.

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