Seguramente, la idiosincrasia del mexicano ha hecho que se identifique tanto con este deporte. El hecho de salir a ‘luchar’ contra la vida todos los días ha hecho que se vea reflejado ese esfuerzo en los enmascarados que suben al encordado. Tony Salazar, gran maestro de cientos de gladiadores y reconocido por su habilidad para descubrir grandes talentos, coincide con esta teoría.

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“Este deporte es mi vida. Tengo 60 años en este deporte. Casi toda mi existencia he vivido dentro de la lucha libre, ¿no? Y sigo viviendo de la lucha libre y para mí la lucha libre es bendita, ¿no? La lucha libre es algo que nunca va a morir, nunca va a morir porque es una cosa. Si tú pones dos bebés de meses de nacidos en una cuna, van a jugar luchitas. Es un instinto que los mexicanos traemos. Entonces, la lucha libre siempre va a existir. Y para mí, bendita lucha libre, nunca te acabes”, consideró Salazar.

A lo largo de varios años en las filas de la antes llamada Empresa Mexicana de Lucha Libre, antes luchando bajo el nombre de Señor Tormenta, entre otros y hoy puliendo a los nuevos talentos, Tony Salazar ha visto y vivido de todo. Y tiene muy claro el momento en el cual se dio cuenta de lo cautivador que es la lucha libre hasta con los escépticos.

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“Yo alguna vez invité un abogado junto con su esposa, que eran un par de abogados, y me dijo la mujer ‘pues a ver si quiere mi esposo porque es muy seco’. El día que fue a la Arena México, eran las primeras presentaciones del Místico, y cuando volví a ver al abogado, le dije, ‘¿qué le pareció?’. ‘Oiga, yo no conocía a mi esposo. Arriba de las bancas gritándole a los luchadores’, entonces, la magia que tiene la lucha libre es algo que no lo tiene ningún deporte”, recalcó.