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13, septiembre 2023 - 19:22

┃ Arturo Méndez

Alan Mozo de Chivas fue de los más buscados. Foto: Luis Garduño

Sin palabras. Chivas llegó a la CDMX para hacer frente al Clásico Nacional en su edición 250 en la historia del futbol mexicano. El cuadro rojiblanco fue esperado por decenas de aficionados en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por un par de horas.

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El vuelo proveniente de la perla tapatía en el cual llegon las Chivas estaba presupuestado para arribar a la capital alrededor de las 17:20 horas. Sin embargo, un retraso por parte de la aerolínea cambió los planes.

Varias playeras, algunas banderas, balones y una decena de niños esperaron ansiosos de pie frente la sala A con las miradas fijas en las pantallas que indicaban el estado del vuelo donde viajaba el equipo de sus amores.

Cuando el momento llegó, cerca de las 18:20 horas. El centenar de chiva hermanos se comprimió frente a la puerta de llegadas nacionales en espera de poder obtener un autógrafo. Un saludo en vídeo o como mínimo una foto con sus ídolos.

Hiram Mier fue el primero en aparecer. El zaguero central miró el panorama y decidió emprender un camino rápido hacia la salida para abordar el camión que los esperaba listo para partir rumbo al hotel de concentración en el sur de la ciudad.

Enseguida apareció el hombre más buscado de la tarde noche, Víctor Guzmán. Las dudas de la afición respecto al estado físico del mediocampista se desvanecieron. El hecho de hacer acto de presencia en la capital previo al enfrentamiento ante el acérrimo rival iluminó los rostros de los aficionados chivas.

El Pocho se detuvo un par de segundos para atender a los seguidores que lo abarrotaron con jerseys y pelotas esperando la rúbrica del capitán rojiblanco. Antes de que la gente de seguridad del club lo escoltara al autobús.

Posteriormente y con los ánimos de algunos rojiblancos por los suelos. Otro tumulto de gente llamó la atención de todos, los reflectores de las cámaras apuntaron a otro de los referentes del equipo, Alan Mozo.

“Estamos confiados, esperando a los seleccionados nacionales y con todo”, estas fueron las únicas palabras que se alcanzaron a escuchar por parte del lateral mexicano.

Fiel a su estilo, el estratega serbio Veljko Paunovic se remitió a guardar absoluto silencio frente a las cámaras. Un simple “gracias por el apoyo” repetido en varias ocasiones fueron las únicas declaraciones del técnico.

A prisa y sin tiempo para brindar alguna foto sabiendo del desorden que podía ocasionar su presencia apuró el paso escabulléndose entre reporteros y seguidores. Lo que sí, correspondió a los gritos por parte de los chiva hermanos con el pulgar arriba y la mano en alto indicando una señal de agradecimiento por su presencia en esta llegada.

“Vamos Pauno”, “Confiamos en ustedes, cabr…”, “El sábado otra victoria”, entre otras frases dirigidas al director técnico adornaron la puerta seis de la Terminal 1 del Aeropuerto Benito Juárez.

Contrario a como sucedió en sus visitas anteriores, el Rebaño Sagrado decidió llegar a suelo capitalino tres días antes del compromiso ante las Águilas. Ya que en ocasiones pasadas el equipo tapatío acostumbró a sus seguidores a llegar un día antes del cotejo.

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