Siguen las consecuencias para Julio Urías. A pesar de que la justicia todavía no emite un juicio formal sobre el pelotero mexicano, la franquicia de los Dodgers de Los Ángeles poco o nada quieren saber del pitcher zurdo y dieron otro paso al frente para así demostrarlo. Ahora borraron los murales de las inmediaciones al Dodger Stadium que presumían a Urías tras la conquista de la Serie Mundial 2020.

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Incluso, algunos dibujos que se aprecian con el serpentinero tricolor fueron tapados con algunas lonas y otros ya fueron totalmente pintados. Para después colocar alguna otra imagen que no cause indignación al equipo californiano.

Ya tampoco existe el locker en el que se apreciaba el nombre de Julio Urías y donde por supuesto el mexicano se cambiaba, descansaba o se concentraba, antes y después de un partido en el recinto de los Dodgers.

El mánager Dave Roberts subrayó que la desaparición del casillero se debió a una “decisión organizacional”, a la par que todo lo que ocurre en torno al beisbolista es una muestra de que cada vez está más fuera del equipo. “Creo que sí. Creo que ahí es donde nos encontramos ahora. Realmente no tengo mucho que comentar, aparte del hecho de que como dije el primer día, esta es una situación muy, muy desafortunada y triste”.

Una vez que se conoció que Urías fue arrestado el pasado 3 de septiembre por “cargos graves” debido a que causó daño físico a su pareja o esposa. La organización angelina de inmediato separó del roster al sinaloense, quien quedó en libertad el lunes 4 durante la madrugada tras pagar una fianza de 50 mil dólares.

“Tenemos conocimiento de un incidente que involucra a Julio Urías. Mientras intentamos conocer todos los hechos, él no viajará con el equipo. La organización no tiene más comentarios por el momento”, expresó la escuadra de los Dodgers una vez que se supo del lamentable hecho.

Además de la separación con licencia administrativa por Violencia Doméstica y ahora el veto de los murales. Los Ángeles anunciaron en días pasados que quedó cancelado el regalo del famoso “bobbleheads”, el muñequito cabezón, de la figura de Julio Urías. La cual estaba programada para el 21 de septiembre en el Dodger Stadium previo al choque ante Gigantes de San Francisco. Los primeros 30 mil aficionados en ingresar serían los privilegiados, situación que ahora causa indignación.

Cabe añadir que las franelas con el nombre y número 7 del mexicano. También fueron rebajadas hasta en un 50 por ciento de descuento. Y en algunas otras tiendas oficiales inclusive fueron retiradas para evitar la venta de quien fue uno de los ídolos de los Dodgers. A todo esto, no hay que olvidar que en algunos partidos del equipo manejado por Dave Roberts se apreció a fanáticos con mensajes directos contra Urías reprobando su acto.

Esta no es la primera vez que el culichi tiene un problema por violencia doméstica. En mayo de 2019 fue señalado por empujar a una mujer al piso en un centro comercial de Beverly Hills. Si bien en aquella vez no llevó un proceso judicial, la Major League Baseball decidió suspender por 20 juegos al mexicano por violar las políticas de las Grandes Ligas.

Por ahora su proceso continúa y el 27 de septiembre está citado para declarar. En el Departamento de Seguridad Pública ya se tiene un video de un testigo que apreció el acto de Julio Urías suscitado en South Hoover Street afuera del BMO Stadium en Exposition Park, al sur del centro de Los Ángeles tras el partido celebrado entre Los Ángeles FC, de Carlos Vela, y el Inter Miami, de Lionel Messi.

La policía fue alertada por un hombre al percatarse de que un varón sostuvo un altercado físico contra una mujer. Situación que encendió las alarmas. En un principio las autoridades hablaron con los involucrados. Es decir con Urías y la mujer, y eso derivó en el arresto del pelotero porque causó lesiones físicas.

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