León, Guanajuato.- Un autogol salvó a La Fiera de tremendo papelón contra un Necaxa que, en su centenario, ha venido dando pena ajena. Más allá de rescatar un punto, León dejó escapar dos y que más adelante podrían pesarle en ese objetivo de colarse a la fiesta grande. Empate a uno que le sabe bien a los Rayos, pero que deja sinsabores a León, que ahora tiene tres jornadas sin conocer la victoria.

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Los verdes lo empezaron a sufrir casi desde que la pelota comenzó a rodar. No tanto por un agobio necaxista, sino por la falta de capacidad para abrir a un rival que apostó a sacar algo de la “guarida”. No importándole las formas y es que en tierras hidrocálidas la urgencia resultaba imperiosa, siendo el equipo sotanero de la tabla y con apenas un par de unidades cosechadas en las seis fechas previas. El conjunto dirigido por Larcamón se llenó de pelota, la controló, solo que sin conseguir meter en predicamentos a Raúl Gudiño.

La primera de peligro fue para los de casa. Un zurdazo de Federico Viñas que pasó zumbando el palo izquierdo. Sin embargo, los Rayos le pusieron mutis al Estadio Nou Camp con el riflazo que sacó dentro del área el mediocampista Rogelio Cortéz. La visita pegaba y de que forma. Apenas en su primer arribo de consideración en campo ajeno y dejando fuera de toda chance a Rodolfo Cota. Por más que se estiró, jamás pudo llegarle a una esférica que se fue abriendo y teniendo como destino las redes.

Con poco, con lo mínimo, Necaxa ya estaba haciendo la tarea. En adelante, los comandados de manera interina por Alberto Padilla únicamente se dedicaron a replegarse en el fondo, dejándolo todo a su zaga. Los aguascalentenses se arriesgaron a jugar con fuego y más tarde en el partido se iban a quemar. Pero antes, los verdiblancos se cansaron de fallar una y otra vez, primero con Elías Hernández, quien disparó por encima a gran pase de Fidel Ambriz, mientras que en una segunda clara, “El Diente” López le levantó la redonda con maestría a Barreiro, solo que el tiro del central colombiano fue rechazado por el pie de Gudiño. León tocaba a la puerta, pero restaba ese último toque que tardó en llegar y que incluso impacientó a una afición que al descanso despidió a su equipo con abucheos.

Larcamón no se guardó absolutamente nada para el complemento, echó toda la carne al asador con gente de ofensiva como “El Plátano” Alvarado, al español Borja Sánchez y al “Patrón” Fernández. El trámite de las acciones no varió mucho, el dominio de los guanajuatenses era abrumador, los del estado vecino renunciaron a la posibilidad de ir por un tanto que matara todo y en el pecado llevaron la penitencia. El infortunio del novel Waldo Madrid, fue la ganancia de La Fiera. El juvenil quiso rechazar de cabeza un servicio a segundo palo, pero lo único que logró fue meterla en su propia portería al 74´.

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Los felinos se dieron un respiro con la igualada, acabaron volcados hacia adelante, solo que el de la diferencia jamás llegó. A los esmeraldas de nada les sirvió presumir el dominio del balón si a final de cuentas fueron ineficaces ante un endeble adversario.