Con la tecnología de Google Traductor

22, agosto 2023 - 11:26

┃ Alland Jhonnathan

Dos generaciones del baloncesto mexicano, Campis y Montano / Bibiana Díaz

“Cualquier competencia internacional es importante y hoy hablamos del Mundial de la especialidad, el cual le ayudará a México a ser visto por todo el planeta”, asegura Samuel Campis, miembro del último equipo mexicano de baloncesto en jugar los Juegos Olímpicos cuando se le pregunta sobre la importancia de ver a la selección nacional en la Copa del Mundo de Baloncesto de la FIBA 2023, donde el país se encarará a Montenegro, Lituania y Egipto como parte del Grupo D desde el viernes 25 de agosto.

TAL VEZ TE INTERESE: Steve Kerr, entrenador de los Warriors, le “entra” al futbol con el Mallorca de Javier Aguirre

Samuel Campis, olímpico en Montreal 1976, considera Los 12 Guerreros y su coach Omar Quintero deben de aprovechar al máximo la ventana del Mundial porque “si se deja una buena imagen, aun perdiendo, el planeta del basquetbol volteará al país para buscar en él talento y los únicos beneficiados serán los niños y jóvenes que hoy ven en estos seleccionados un ejemplo o inspiración”, comenta el oriundo del municipio de Chietla, Puebla.

La tesis de asombrar al orbe o sembrarle la necesidad de voltear a partir de competir dentro de la Copa del Mundo de Baloncesto de la FIBA 2023, Campis la fundamenta cuando explica cómo es que México no tardó tanto para volver al Mundial desde su última participación en 2014 a como sí lo hizo de Puerto Rico 1974 a España hace nueve años.
“La misión de la selección en este Mundial es morirse en la raya y eso es proyectar una buena imagen hacia el mundo entero. Entonces se debe de competir porque sólo así se abrirán más puertas en el extranjero para nuestros jugadores y hoy me parece estamos ante una gran generación que tiene talento y le puede dar satisfacciones al público mexicano”, comparte el exjugador Samuel Campis de los Lechugeros de León durante la década de los 70.
“Si falta motivación, los jugadores también deberían de tener claro que habrá visores de los mejores equipos del planeta siguiendo de cerca el Mundial. Eso lo saben los veteranos como Jorge Gutiérrez, Paul Stoll o Pako Cruz, gente con experiencia en Europa y que este tipo de vitrina los catapultó en su momento”, agrega.

EN MÉXICO SE CREE POCO O A MEDIAS

Si bien la próxima participación de Los 12 Guerreros dentro de la Copa del Mundo de Baloncesto de la FIBA es una muestra de las capacidades del talento nacional. Las participaciones del país en competencias internacionales tampoco resultarían tan sesgadas o limitadas. Si hubiera más oportunidades para los jóvenes en las ligas profesionales en suelo azteca.
“Las ligas profesionales no creen en el talento que hay en México. Pues los intereses de los directivos tampoco están a disposición del beneficio del basquetbol nacional. Cuando en realidad el compromiso debería de pasar por formar y foguear a jugadores”, explica Samuel Campis.

Todo esto cuando en la nómina mexicana para el Mundial hay cinco jugadores con pasado en universidades mexicanas o en la Asociación de Basquetbol Estudiantil (ABE). Una especie de NCAA, pero versión verde, blanco y rojo. Es decir, la ABE cuenta con calidad para contar con material de selección.
Por otro lado, 10 de los convocados en la lista de 14 son talentos nacidos en México y sólo cuatro cuentan con doble nacionalidad. El talento “mexa” habla entonces por sí solo.

POR QUÉ COMPETIRÁN LOS 12 GUERREROS

Los 12 Guerreros versión 2023, según Campis, adolecen de los mismos males de la generación de los Juegos Olímpicos de Montreal 1976: altura y físico. Pero gracias a la evolución del basquetbol, donde el deporte ha preponderado el perímetro o el juego detrás de la línea de los tres puntos. México eleva sus opciones para encararse a naciones históricamente potentes en la zona de la pintura como Montenegro y Lituania.
“Ahora se juega más en el perímetro; antes el juego era más físico. Pero esa evolución del básquet de 1976 a 2023 nos ayuda porque contamos con buenos tiradores”, visualiza el 10 veces campeón nacional de Primera Fuerza.

“Los lituanos son un equipo de gran tradición, no hay que olvidar que eran antes miembros de la Unión Soviética. Montenegro es el producto de la división de Yugoslavia y sabemos qué nombres han salido de Yugoslavia (Vlade Divac, Peja Stojakovic, entre otros)”, añade.
Ante Egipto, a pesar de que los faraones digan poco en el baloncesto, “se les debe de respetar porque por algo están en el Mundial”. Sentencia quien terminara en el lugar 10 con México en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976.
Campis espera así una gran actuación de Los 12 Guerreros en la Copa del Mundo de Baloncesto de la FIBA 2023 y eso no se traduce a victorias o derrotas. Es más simple, competir de igual a igual para adquirir fogueo y luego regresar para saber cuánto se ha crecido de una justa a otra.
¿Cuánto habrá evolucionado el baloncesto nacional desde Montreal 1976 al Mundial FIBA 2023…? La respuesta se conocerá desde la madrugada del próximo viernes.

Recibe vía WhatsApp todas nuestras noticias deportivas, manda la palabra ALTA en este enlace