Guadalajara.- Fue en un abrir y cerrar de ojos, los planes del Atlas cambiaron después de que la Liga MX anunció que el terreno de juego del estadio Jalisco no era apto para albergar el encuentro entre los Zorros y el América.

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De un segundo a otro, los utileros del equipo comenzaron a moverse a los alrededores del hotel de concentración rojinegro, ubicado cerca del centro de la ciudad de Guadalajara.

Los balones, conos y redes quedaron en el olvido. Lo importante era llevar las playeras que estaban planeadas para utilizarse en el Coloso de la Calzada Independencia.

Un camión improvisado llegó de un momento a otro. La directiva rojinegra tuvo que moverse rápido para conseguir el vuelo, hospedaje y todo lo que su comisión necesitaba para viajar.

Benjamín Mora esperaba con un poco de desesperación el momento en el que tendría que hacer un viaje que no tenía en mente. El entrenador bajó por un par de cafés y siguió en pláticas con su directiva hasta que le informaron, salimos en un par de horas. El Malayo subió a su habitación, alistó sus cosas y se dispuso a hablar con su cuerpo técnico.

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Los jugadores tomaron la decisión con tranquilidad, muchos decidieron bajar a tomar un café o un té, mientras el camión se volvió una locura con las maletas que subían.

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El momento de partir llegó. El encargado de la misión subió a los futbolistas, aunque algunos se dejaron consentir por la gente, que extrañada preguntaba por el partido, mientras los jugadores solamente sonreían y subían al autobús.

Después de la tempestad, por lo menos en Atlas, llegó la calma. El autobús partió hacia el aeropuerto internacional de Guadalajara, donde despegaron a las 19 horas rumbo a un choque que cambió por las circunstancias.