Por Katia Fernández. Varias futbolistas del Equipo de los Moños, el Puebla Femenil, han encontrado en los tatuajes la forma de expresar su forma de ver el mundo y cómo éste ha influido en su crecimiento personal, dotándolas de una identidad que da el equilibrio perfecto entre la ternura y la rudeza.

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Y es que desde hace algún tiempo el estigma social de que sólo los delincuentes o pandilleros eran quienes portaban tatuajes se ha ido desvaneciendo, convirtiéndose en una actividad que cualquier tipo de persona lleva a cabo con contenido simbólico o simplemente por un gusto personal.
En el mundo del fútbol es común apreciarlo en futbolistas de la rama varonil, quienes incluso marcan tendencias en los gustos de sus aficionados, tal como lo fue el brazalete de Paulo Dybala en el abrazo o los diferentes tatuajes que Neymar tiene en el cuerpo; sin embargo, en el caso de las deportistas femeninas poco se ha preguntado del origen de sus tatuajes.

SUS CUERPOS, SUS LIENZOS

El Sol de Puebla pudo acercarse a dos jugadoras del conjunto blanquiazul, Andrea González y Adriana Calzadillas, quienes cuentan con diversos diseños plasmados en su piel que expresan ideas, recuerdos y talentos ocultos que les dan una esencia diferente como personas y como futbolistas.
En el caso de Andrea, quien juega como defensa desde este torneo, su cuerpo está marcado por tatuajes que le hacen recordar a personas queridas o vivencias que le dejaron algún aprendizaje que no quiere olvidar.

“Empecé a los 21 años, en una sola sesión me hice tres tatuajes. Que representan algo muy personal de mi familia y se me hizo un buen inicio tatuarme con algo significativo”.
El girasol y la rosa que lleva debajo de los “chamorros” y la cruz que lleva en el dedo anular de la mano izquierda. Se suman a otros nueve tatuajes que se ha realizado hasta el momento.
“Algunos fueron por personas que me han marcado de cierta manera, me acuerdo en la memoria, pero al verlos revivo esos momentos”, señala González.

Andrea porta el dorsal número 17 y a sus 29 años le encanta la versión de su yo tatuada. Y considera que a estas alturas de la vida las personas deberían ser más libres. Y no ser juzgadas porque decidan usar su piel como lienzo para expresarse.
La originaria de Tejupilco, Estado de México, le denomina a cada tatuaje sus batallas y llegar al Equipo de Los Moños. Con esta versión tan fuerte de sí misma le aporta un balance. “Somos mujeres y tenemos esa parte delicada, pero eso no quita que también somos fuertes y guerreras”, indica.

Para la defensa el decidir marcar su piel nunca tuvo como objetivo una relación directa con el deporte. Caso contrario a Adriana Calzadillas, jugadora de medio campo, quien inició en el mundo de los tatuajes con una estrella que representó su llamado a Selección Nacional cuando tenía 15 años.
Adriana, además, siempre tuvo un gusto por el mundo de la tinta ya que también ha tenido atracción por dibujar a tal grado que muchos de los diseños que lleva en la piel han sido realizados por ella misma.
“Desde chiquita siempre tuve la idea de tatuarme, además siempre me ha gustado dibujar, sin embargo, mis papás no me dejaban y estando en Selección Mexicana me hice una estrellita que representó mi primer logro”, cuenta para El Sol de Puebla.

Con 33 años, Calzadillas tiene 34 tatuajes con significados diferentes. Pero tiene uno que para ella representa a una persona importante en su vida. “Me hice el tatuaje de una pistola que representa a mi hermano, a él le gustaban las armas y en 2016 lo mataron. Entonces es el que más me ha marcado”, comparte.
Además de los significados sentimentales, hay algunos otros que son meramente hechos por gusto e incluso, la jugadora número 21 de las enfranjadas. Señala que hay tatuajes como el que tiene detrás de la oreja derecha que sirven como burla hacia su propia persona. Pues en ese caso se trata un muñeco que señala hacia el otro lado, puesto que en el oído derecho Adriana no tiene buena audición.

En las piernas, Adriana lleva las fechas de sus padres y en el abdomen está por terminarse un tatuaje de su apellido que se realizó por orgullo. Y aunque están plasmados en su piel para arroparla a la distancia. La mediocampista del Puebla Femenil señala que su inspiración más grande es saberse apoyada. Por su familia.

DEL YANG DE CALZADILLAS

La llegada de Calzadillas este torneo al Equipo de Los Moños, que fue conocido de esa forma cuando su actual entrenadora “Majo” López era jugadora del Puebla Femenil. Y les otorgaba a sus compañeras listones de colores al inicio de cada encuentro. Le ha caído como anillo al dedo a su esencia fiera.
Y es que Calzadillas le ha confesado a El Sol de Puebla que, a pesar de dar una apariencia ruda; sí encaja en el concepto de los moños de La Franja. Es decir, el Puebla Femenil y sus moños han hecho de Ying para la parte salvaje, rebelde, su Yang de la mediocampista.

“Así como me ven toda ruda, soy bien sensible, bien sentimental y bien cariñosa con mis compañeras. Todo el mundo tiene una apreciación mía que soy seria, pero soy todo lo contrario”.
Como mujeres futbolistas el tener tatuajes, para ambas jugadoras. Les brinda una imagen ruda, fuerte y con mayor personalidad; pero, sobre todo. Lo hacen como muestra de la libertad que tienen de decidir sobre su cuerpo y usarlo como lienzo para expresarse consigo mismas.

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