La confianza lo es todo en el deporte y México va sobrado ahora mismo. La Selección de Basquetbol cerró su gira de partidos en el país con un quinto triunfo consecutivo, al derrotar 84-75 a la dura Argentina en una vibrante Arena CDMX.

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México y Argentina no conocen de partidos amistosos. Da igual la disciplina, la rivalidad deportiva los invita a jugar al máximo de sus capacidades.

Con el Mundial en puerta, el representativo tricolor encaró un escenario parecido al que se le presentará en el Campeonato del Mundo, con defensivas intensas y con un juego brusco. Tal fue la preocupación del coach Omar Quintero, que en más de una ocasión reclamó la intensidad con la que se presentó su rival.
Pero México no huyó al juego de contacto. Jorge Gutiérrez brilló desde el perímetro, mientras que en la pintura Josh Ibarra e Israel Gutiérrez impusieron condiciones.

El partido se mantuvo a una posesión de diferencia durante los cuatro episodios, con una máxima de nueve a la mitad del cuarto episodio. Cuando ya se escuchaba el “Cielito Lindo”, inició la reacción de los sudamericanos.

Ya no tienen a los Scola, Ginnóbili o Nocioni, pero su orgullo deportivo trasciende mucho más allá de la generación en turno. En un abrir y cerrar de ojos se acercaron a solamente dos puntos (75-77), momento en el que apareció la versión superlativa de Francisco Cruz.

El alero de Nogales es la principal arma ofensiva de México y respondió a la confianza que le otorgó el coach Quintero. Un par de canastas de Cruz dejó sobre la duela cualquier intento de reacción de Argentina.

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Cuatro de los cinco titulares de México terminaron con doble dígito a la ofensiva, liderados por Paco Cruz con 18 puntos. Fabián Jaimes añadió 14.

Por Argentina, Franco Giorgetti fue el máximo anotador con 17 unidades.