La MLS con Lionel Messi y otras ligas del mundo están sufriendo un gran dolor de cabeza, el motivo, Arabia Saudita y CR7. Los árabes han logrado convencer a grandes estrellas de talla mundial de empacar sus maletas y emigrar al medio oriente por medio de jugosas primas por un par de temporadas, esto en busca de hacer crecer su liga cada vez más. El primero que abrió la puerta fue el portugués, Cristiano Ronaldo, lo que dio paso a que, al siguiente año, muchos otros doblaran los brazos y siguieran sus pasos.

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Para esta temporada 2023-24, la Liga Profesional Saudí se llevó a un campeón del mundo y un balón de oro, hablamos de N’Golo Kanté y Karim Benzema, respectivamente. Y aunque la Mayor League Soccer le ganó la batalla a los árabes con el fichaje de Lionel Messi por el Inter Miami. No lograron llevar a otros internacionales reconocidos este verano mas que a Sergio Busquets y Jordi Alba, ex compañeros y grandes socios del argentino en el campo, quienes llegaron como agentes libres procedentes del Barcelona, por lo que sus incorporaciones no significaron un desembolse de billetes verdes.

Kalidou Koulibaly, Édouard Mendy y Hakim Ziyech, todos procedentes del Chelsea, se inclinaros a fichar por la Liga de Arabia. Además del ex de Wolves, Rubén Neves, Marcelo Brozovic, del Inter de Milan y muchos otros fueron convencidos a base de billetazos. Por ejemplo, Cristiano Ronaldo cobrará 200 MDE al año, esto sin contar patrocinadores y demás bonos. Por otra parte, Benzema ganará 100 MDE por temporada tras firmar con el Al Ittihad.
De esta forma, los ‘petrodolares’ se han convertido en un obstáculo para la Mayor League Soccer en el intento de convertirse en el destino predilecto de grandes figuras como lo era hace algunos años, teniendo en sus filas a Zlatan Ibrahimovic, Kaká, Andrea Pirlo, Steven Gerrard, Frank Lampard, Wayne Rooney, David Villa, Didier Drogba, Carlos Vela, Chicharito Hernández, Gareth Bale, Lorenzo Insigne, entre muchos otros.

Esta ambición por traer a los mejores futbolistas del planeta empezó a entrar en otra dimensión cuando el Fondo de Inversión Pública asumió el control mayoritario en cuatro de los clubes más grandes del país, uno de ellos el Al-Nassr. Se trata de un “proyecto de privatización” que busca estimular el deporte por medio de inversión pública. En este sentido, el futbol se ha convertido en la prioridad del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán.
“La Liga Profesional de Arabia Saudí recibirá el apoyo en su ambición de estar en las 10 mejores ligas del mundo”. Dijo la estatal Agencia de Prensa Saudí en un comunicado, y parece que lo están consiguiendo.
Aunque parece muy lejano el hecho de que la Saudí Pro League afecte a corto plazo la popularidad de las grandes ligas europeas. La tendencia de fichajes está siendo perjudicial para las ligas más pequeñas, tal como le sucedió a la liga estadounidense en este mercado.

La MLS ha invertido mucho menos que Arabia Saudita y en esta ocasión ha sumado referentes de élite que ya están en sus últimos años activos. Para el mercado actual, la compra más cara ha sido la de Aaron Boupendza. Quien llegó a FC Cincinnati procedente del Al-Shabab por apenas 6,5 millones de euros, cifra que no se compara con el poderío árabe. Cristian Arango es segundo con una compra de 5,5 millones, colombiano que aparece entre los refuerzos estelares de la competición tras su regreso desde Pachuca.
El país asiático se lleva todas las miradas con su desmedida inversión. Pero Estados Unidos se conforma con el histórico fichaje de Lionel Messi, además de referentes como Busquets y Alba. Por ahora, no hay otro nombre importante que suene para llegar a la MLS. Mucho menos por las cifras del mercado que maneja Arabia, quien hoy tiene las miradas de grandes jugadores de elite.

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