22, julio 2023 - 6:00
Raúl Alcalá es el mejor ciclista mexicano de la historia / Foto: @raul.alcala
“Ganar el Tour de Francia limpio, es imposible”, aseguró Lance Armstrong tras reconocer haberse sometido a un sofisticado programa de dopaje en los primeros años del Siglo XXI.
El ex ciclista estadounidense dominó la ronda gala en siete oportunidades, pero sus éxitos marcaron la mancha más negra en la historia de su deporte. El dopaje acompañó la carrera de Armstrong, y si bien durante su tiempo en activo la Unión Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) fueron incapaces de comprobar las trampas que hacía con su equipo (US Postal), tiempo después el propio Lance lo reconoció públicamente.
Recorrer más de 3 mil 500 kilómetros arriba de una bicicleta durante tres semanas, repartidos en 21 etapas con un promedio superior a los 40 km/h, se ha transformado en la tarea más dura para cualquier deportista.
“Hay que entender que los esfuerzos son sobrehumanos”, asegura Mario Mercader, doctor especializado en la medicina deportiva. “Suena muy difícil. El Tour de Francia demanda muchas cosas durante su preparación. Es una prueba que pone a prueba la resistencia del individuo. Los competidores tienen una calidad física especial. Si están bien entrenados, el objetivo se puede lograr”.
El ciclismo ha cambiado tras la Operación Puerto. Una vez que el ídolo “Lance Armstrong” se esfumó, transformándose en el villano del deporte, los organizadores de las grandes vueltas se vieron forzados a cambiar sus recorridos. El Tour de Francia se redujo cerca de mil kilómetros, con un promedio de 30 menos por etapa de lo que se vivía hace 20 años en el pelotón.
Pasar entre los Pirineos y Los Alpes, con montañas como el Tourmalet que tiene una altitud de 2,115 metros sobre el nivel del mar, les dieron a los ciclistas el motivo perfecto para buscar en sustancias prohibidas la posibilidad de ser competitivos en un circuito que se veía con lupa. Al final era una solución para superar los límites que su propio cuerpo les pone.
“Ha habido un gran cambio, las medidas de velocidad que hay actualmente a base de las tecnologías que se han implementado. Esto hace un ciclismo más dinámico, más rápido. La organización del TDF ha recortado kilómetros”, comentó el ex ciclista mexicano, Raúl Alcalá.
Ya pasó más de una década desde la confesión de Armstrong, y el fantasma del dopaje sigue rondando en el pelotón del Tour de Francia.
“El ciclismo es uno de los deportes que han tenido más problemas con el dopaje. Los deportistas arriesgan su vida con tal de obtener un resultado, no les importa las consecuencias. Estas sustancias tampoco aseguran ningún éxito deportivo”, explicó el Dr. Mercader en charla con ESTO.
Las transfusiones de sangre fueron imposibles de detectar en los programas antidopaje de aquellos años, algo que ahora mismo es más difícil de limpiar debido a los avances de la tecnología. “Ahora se detectan mucho más fácil”, aseguró Mario, quien actualmente es Secretario de la Medicina del Deporte en México.
El Tour de Francia se ha limpiado, pero todavía con un largo camino por recorrer. En 1998, el 58.8% de los participantes se vieron involucrados en casos de dopaje, cifra que se ha reducido a solamente al 7% dos décadas después.
RAÚL ALCALÁ COMPARTIÓ EQUIPO CON ARMSTRONG
Cuando Raúl Alcalá, el mejor ciclista mexicano de la historia, encaró la última parte de su carrera profesional, coincidió en el equipo Motorola con Lance Armstrong.
El entonces tímido corredor estadounidense pasó como uno más en el equipo donde Alcalá era de los referentes, pero muy rápido se hizo notar.
“Desde sus inicios se manifestaba como un corredor de mucho carácter, con talento, pero ya sabemos la historia de cómo ganó el TDF. Ya no es un misterio. Todo el mundo conocemos la historia. Se hizo grande, pero sabemos por qué. Terminó afectando a nuestro deporte”, asegura el regiomontano.
Por otra parte, Alcalá descartó que una competencia como el Tour de Francia, con todas las dificultades que implica, provoque que los atletas busquen doparse como única solución para cumplir con sus objetivos.
“No creo que sea imposible correrlo limpio. Puedo hablarle a cualquier ciclista a la cara, siempre demostré esa honradez de ser justo. Esa fue la manera de Lance por defenderse. Todavía hay gente limpia en el ciclismo”, refirió. “Lance no era un corredor dominante, solamente dominaba el Tour”.
Un año coincidieron en el equipo Morotola, justo antes de que el estadounidense tuviera que pasar un cáncer testicular, mientras el mexicano colgó su bicicleta.
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