La carrera de Salvador Cabañas era prometedora. Estaba cerca de los 30 años cuando era líder del América, de la Selección de Paraguay y se rumoraba su salida hacia el Manchester United. Una noche de fiesta terminó con todo para el apodado “Mariscal”.

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Todo lo que vino después de la noche del 25 de enero del 2010, Chava Cabañas no lo cambiaría. Fue complicado modificar su estilo de vida, pero aprendió muchas cosas, entre ellas, que no todos eran sus amigos.

En una entrevista concedida al medio Publisport, el exjugador del América se sinceró y reconoció que solamente una cosa cambiaría de su vida: no haber ido al Bar Bar.

“Sólo cambiaría una cosa del pasado… no irme a ese bar que fui, solamente eso. Después disfrutar de todas las cosas y disfrutar con mi familia que es lo más interesante”, expresó.

Salvador Cabañas está por debutar como conferencista en México, algo que quería hacer desde hace tiempo y que se cumplirá ese sueño.

“Mira, la verdad después todas las cosas que había pasado, después el atentado y todo eso ya cuando me recuperé quise empezar a hacer esto; la verdad, me está yendo bien que es lo más interesante y trato de motivar a la gente, a los jóvenes para que sigan adelante siempre, de no frustrarse y seguir adelante que es lo más interesante. Lo que yo más comparto es saber motivarse y saber ir adelante, no caer nunca y ser fuerte en la vida”, comentó.

¿Qué le pasó a Salvador Cabañas?

Muchas versiones hay sobre lo que sucedió en enero del 2010. Lo que se sabe al respecto es que Salvador Cabañas fue al Bar Bar, un establecimiento ubicado en Insurgentes Sur que solía ser el punto de reunión para varios futbolistas.

En el baño del bar, Cabañas se encontró con el José Jorge Balderas, más conocido como el JJ. Este narcotraficante le dio un balazo en la cabeza al otrora jugador, presuntamente por una discusión en el sanitario.

“Yo me enteré al otro día, porque fue de madrugada… y pues lo regañé, pero ya había hecho las cosas. Eran amigos ellos dos, pero ese día andaba de malas el Cabañas y comenzaron a alegar”, declaró Edgar Valdez Villarreal alias la Barbie, otro narcotraficante que además era muy amigo del JJ.

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Salvador Cabañas no pudo continuar con su carrera, pero ganó el partido más importante: el de la vida. El Mariscal regresó a Paraguay, pero la bala se quedó alojada en su cabeza.