El sueño europeo termina mucho antes de lo esperado para el futbolista mexicano. En los últimos años se ha vuelto toda una costumbre el repatriar al talento tricolor que milita en el Viejo Continente a muy temprana edad, incluso antes de los 29 años. Ya sea porque busca más minutos de juego, quiere ser más visto o simplemente porque consideran que en la Liga MX tienen más oportunidades de brillar, en comparación de lo que pudieron hacer del otro lado del charco.

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El caso más reciente es el de Erick Gutiérrez. Si bien el jugador tuvo un largo tiempo en el futbol de Países Bajos con el PSV Eindhoven con más de 140 partidos, para este segundo semestre del 2023, el Guti decidió volver con las Chivas de Guadalajara con 28 años recién cumplidos hace un mes. Parece que su retorno a nuestro país con uno de los clubes más ganadores del futbol mexicano fue el regalo atrasado en su vida.

Esa ha sido la constante para el futbolista nacional en la última década: regresar antes de lo esperado.
Con el Rebaño Sagrado no es la primera vez que sucede. Hace algún tiempo lo hizo con Alan Pulido, quien regresó a la Perla Tapatía con 24 años, mientras que el portero Raúl Gudiño lo hizo de 22.
En este mismo mercado Eugenio Pizzuto vivió lo mismo. El canterano de los Tuzos de Pachuca fue a probar suerte a Europa con apenas 18 primaveras. Tan sólo tres años después, y con nula actividad en equipos como Lille (Francia) y Braga (Portugal), decidió su regreso con los Tigres, donde fue considerado una incorporación de lujo.

Precisamente en la Sultana del Norte es donde abundan los casos de esta índole. Diego Lainez se fue de 19 años tras ser campeón con las Águilas del América, pero no brilló en el viejo continente, ni con Betis ni con Braga, y en su afán de tener más actividad, fue repatriado por el conjunto felino con apenas 22 años, donde incluso ya fue campeón, pero sin ser el más determinante.

Otros casos en San Nicolás de los Garza fueron Diego Reyes y Carlos Salcedo. El primero emigró de 21 años y después de 130 partidos en clubes como Porto, Espanyol, Real Sociedad, Fenerbahce y Leganés, Tigres optó por sus servicios cuando apenas tenía 26. Con el Titán pasó algo similar. El central se fue en el 2016 con 23 años. Pero el equipo universitario lo requirió tres años después, tras un breve paso por Italia y Alemania. Incluso Javier Aquino también lo vivió. Después de su estancia en Cruz Azul, el oaxaqueño llegó al Villarreal con 23. Pero con Tigres regresó tan sólo dos años después con menos de 70 partidos en el futbol de España.

Eso no ha sido todo en Monterrey. En Rayados también tienen un caso. Omar Govea abandonó México a los 20 años, cumplió su sueño de jugar en Europa. Después de ser un trotamundos en países como Portugal, Bélgica y Rumania, La Pandilla lo trajo de vuelta a principios de este 2023 con 26 años.

En Santos Laguna hay uno más. Santiago Muñoz fue a probar suerte en Inglaterra con las categorías juveniles de Newcastle United con apenas 18 años. Pero en este año también volvió con un paso fallido y apenas algunos juegos. Lo mismo que Jesús Alcantar. El joven ha regresado tras una breve aventura en el Sporting de Portugal.
Mientras más temprano se van más rápido regresan. Esa es la historia del futbolista mexicano, quien cumple su sueño de jugar en Europa, pero después de un tiempo toma la decisión de volver a la Liga MX.

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