Guadalajara.- Las fieras están sueltas. Los Tigres llegaron a suelo tapatío desatados. La manada que comanda Robert Dante Siboldi tardó una media hora más de lo esperado, pero concretó su arribo a la Perla Tapatía sin contratiempos.

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El equipo felino comenzó su travesía desde la Sultana del Norte después de un entrenamiento multitudinario en las instalaciones del Volcán Universitario. Los felinos tomaron su camión y comenzaron el viaje hacia su destino.

La U de Nuevo León abordó su camión y se dirigió al aeropuerto Internacional. Ahora no hubo retrasos, ni siquiera algo que impidiera que uno de los equipos que disputa la final perdiera el tiempo. Con la tranquilidad necesaria, Tigres arribó en punto de las 16:25 horas a Guadalajara. El autobús oficial entró a la espalda de la terminal aérea y poco después comenzaron su traslado hasta el hotel de concentración.

El tiempo estuvo medido. Atlante, equipo de liga de Expansión, también se hospedó en donde los norteños, por eso, el camión de los azulgranas llegó un poco antes, recogió a los jugadores y partió rumbo al estadio Jalisco para el Campeón de Campeones de la división de plata.

Una diferencia de 15 minutos fue la que separó a ambos autobuses de no encontrarse en la entrada del hotel. Los atlantistas salieron para disputar su juego de ida, mientras que los regiomontanos llegaron para cerrar su preparación de cara al duelo más importante de su temporada.

Plantel de Tigres atendió a los pocos aficionados que los recibieron

El primero en bajar fue Robert Dante Siboldi. El entrenador escuchó a los poco más de ocho aficionados que esperaban en el sitio. El dueño del banquillo levantó su mano y continuó su andar. A él le siguió Guido Pizarro, Raymundo Fulgencio y Nahuel Guzmán. Los argentinos sí atendieron a sus hinchas. Las firmas y la camaradería fueron las características de ambos jugadores, quienes no tardaron mucho para dejar contentos a los presentes.

Samir Caetano y Rafael Carioca continuaron, Javier Aquino, Jesús Angulo y Juan Pablo Vigón no se ausentaron. Los que generaron un mayor revuelo fueron Sebastián Córdova y Diego Lainez. Los gritos de las féminas para ambos fueron mayúsculos, sólo el ex del Real Betis Balompié reconoció a las aficionadas, mientras que el otro ni siquiera volteó como una respuesta.

De los últimos en bajar, André-Pierre Gignac, se llevó todas las miradas. Unas chanchas y sus lentes engalanaron al galo que sólo aplaudió el gesto de los pocos que arribaron y entró sin problemas al hotel.
Así llegaron los Tigres, con el compromiso incomparable y sabedores que, pese a que son una de las mejores plantillas de la Liga MX, no son favoritos para la vuelta.