El mediocampista alemán Michael Ballack, además de ser uno de los mejores en su posición en la historia, es recordado por ser el gran emblema alemán, a lado de Oliver Kahn, en las épocas donde la Mannschaft contaba con pocos jugadores de renombre internacional. Sin embargo, el gran capitán de Alemania en el Mundial 2006, además de ser recordado por su gran talento, también es reconocido por la pésima suerte que tuvo gran parte de su carrera.

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Surgido en la cantera del Chemnitzer FC, Ballack en pocos años pudo escalar de ser una promesa en la segunda división germana, a ser juvenil estrella del Bayer Leverkusen, club que lo vio explotar su gran nivel a principios de los dosmiles. Pero la mala suerte de Michael comenzó a mostrarse desde sus primeros años como profesional.

Fue en el año 2000 cuando fue fichado por las aspirinas que el mediocampista irrumpió como la gran estrella del equipo en su gran campaña. Misma que terminaba con serias aspiraciones a su primer título de Bundesliga en la historia. Leverkusen sólo necesitaba empatar para coronarse. Sin embargo, un autogol de Ballack fue suficiente para que la catástrofe llegara.

Para la temporada 2001/2002, Bayer Leverkusen de nueva contaba con un plantel lleno de estrellas que los puso a soñar con el triplete. A falta de tres jornadas en la Bundesliga, las aspirinas tenían una ventaja de cinco puntos sobre el Borussia Dortmund, mismos que desperdiciaron para darle la corona al BVB.

Semanas más tarde, perdieron la final de la DFB Pokal ante Schalke 04 y para coronar una temporada de horrores, perdieron la final de la UEFA Champions League ante el Real Madrid. En una final que es recordada por el golazo de Zidane ante los bávaros.

La cereza en el pastel de aquella temporada para Ballack, fue que en verano, cayó en la final de la Copa del Mundo cuando Brasil derrotó a Alemania.

La mala suerte de Michael Ballack continuó hasta el final de su carrera

Para la temporada 2008, Ballack ya era jugador del Chelsea que por aquellos años era una de las grandes potencias en la Premier League. El paso Blue en la temporada los dejó a orillas de conquistar el primer triplete de su historia. Sin embargo, como le sucedió al Bayer Leverkusen 6 años atrás, los de Londres perdieron todo.

Primero, en la Premier League, dejaron ir el título en la última jornada a manos del Manchester United. En la final de la Copa de la Liga, cayeron ante Tottenham. Para terminar con el triplete que nadie quiere, cayeron en la final de la Champions League de nueva cuenta ante Manchester United.

Tal y como sucedió en 2002, Ballack formó parte de un equipo que se llevó el triplete, pero de segundos lugares. Sin embargo, esto no sería todo, pues de igual manera que en 2002, Ballack también perdió un torneo con Alemania. La Euro de 2008.

Ballack jugó hasta 2012 para el Bayer Leverkusen, club que lo vio explotar como estrella. Sin embargo, dejó un legado para toda la generación alemana que más tarde sería campeona del mundo. Siendo el ídolo teutón después de que los Matthaus y Klinsmann se retiraran y hasta la llegada de loz Kroos, Özil y Neuer.