19, mayo 2015 - 11:25
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POR HÉCTOR REYES
LA clavadista Laura Sánchez no descartó su participación en los próximos Juegos Olímpicos de Río 2016, si los tiempos y las circunstancias juegan a su favor.
La primera medallista olímpica en los clavados en pruebas individuales, en tanto disfruta su embarazo en el quinto mes de gestación. A la pregunta de ¿qué me cuentas, Laurita?, respondió: “¡Esponjándome!”
“Yo dependo de muchas cosas, entiendo que mi situación es complicada. Ahora mis compañeras que en el próximo selectivo para el Mundial están peleando plazas olímpicas, tanto en individual como sincronizados. Creo que el primer 50 por ciento de lo que yo dependa es de eso, de ver cuántas plazas consigue México: cuántas para el país y cuántas ya son para la persona; si queda una oportunidad para que yo pueda pelear un lugar más adelante ese es el segundo 50 por ciento”.
Con la claridad en las ideas que le caracteriza y los pies en la tierra, Laura vislumbra su papel de madre y deportista.
“Ya si en agosto se tienen los dos lugares ocupados para las personas que queden ya no tengo ninguna oportunidad de regresar y si no tendría una pequeña posibilidad. También mucho depende de septiembre – octubre, si Dios quiere y todo sale bien nazca el bebé también la manera en que sea. Si es parto natural me puedo recuperar un poquito más rápido y ver viable regresar para el 2016 o si es cesárea, ya definitivamente, los tiempos no cuadran y para nada podré regresar”.
Un estado de felicidad indescriptible, le habían dicho por muchos años que no podría embarazarse, pero con los adelantos médicos y científicos logró lo que parecía imposible, experiencia que vive en el día a día y lo narra a su hermana que la acompañó a las instalaciones del Centro Deportivo Olímpico Mexicano.
“Una etapa diferente, pero muy bonita ya desde hace tiempo habíamos estado en busca de… Este año se dio, nos agarró de sorpresa, pero bueno finalmente se dio la oportunidad de ser mamá y estoy disfrutando mucho esta nueva etapa”, aunque también precisó que quisiera regresar para los Juegos Olímpicos de Río para cerrar con broche de oro en el deporte.
“Si se da la oportunidad voy a ser muy feliz, voy a tener dos grandes regalos: mi bebé y esa oportunidad y si no se da voy a estar muy contenta con lo que hice en los saltos ornamentales y será la de disfrutar esa parte”, señaló la deportista de 29 años que inició en la Escuela de Clavado de la FMN junto con Rommel Pacheco y Paola Espinosa, hace dos décadas.
“Si empezamos con la noticia de que iba a ser mamá con la amenaza de aborto, entonces no teníamos nada cierto. En el primer estudio que se me hizo estaba el saquito embrionario, pero no se veía el bebé, no hay latidos de corazón, entonces posiblemente no hay bebé y esa fue la primera noticia que nos cayó de peso. Después se escuchó el corazoncito, pero estaba la amenaza de aborto muy latente y ahora gracias a Dios pasamos las 12 semanas, ya estoy en el quinto mes y al parecer todo va muy bien, estoy contenta por eso, espero que empiece a crecer el vientre un poquito más y esperar a que nazca”.
El miércoles tendrá cita con el ginecólogo y el bebé se deje ver para que defina si será niño o niña, con los parabienes del caso: “Ojalá y eso se pueda, sería un regalo que la vida me está dando esa posibilidad y abierta a cualquiera de las dos, salgo ganando, simplemente con el hecho de que tenga mi bebé será un buen año para mí”.
A la distancia, a un lado de las plataformas su esposo Francisco Rueda dirige a sus pupilos Jonathan Ruvalcaba y Paola Pineda, en el selectivo celebrado el fin de semana en las instalaciones del CDOM.