Jesús Corona dio la cara por su hijo. En ningún momento huyó de los cuestionamientos. El portero de Cruz Azul aceptó que Misael se equivocó en sus últimas acciones, donde fue captado en una riña en supuesto estado de ebriedad en el que incluso golpeó a un guardia de seguridad de un condominio al sur de la CDMX. Al final el castigo fue su separación definitiva del club cementero. La directiva optó por una medida ejemplar, la cual, Chuy y familia aceptaron.

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“Se ha tomado esa decisión, la acepté porque no es la línea que se maneja en Cruz Azul ni los valores que representa. Hay que respetarse, lo hablé primero con él desde el día jueves. Él asume su responsabilidad, le tiene que servir de experiencia en su vida profesional y personal”, aceptó en el estadio Azteca, tras el triunfo sobre San Luis.

El capitán celeste afirmó que esta experiencia le servirá a su hijo para continuar su vida profesional y sobre todo darle un buen aprendizaje de lo que vivió. “Es importante decir algo para cerrar este capítulo. Fue una situación lamentable, se equivoca mi hijo. Se llega a una determinación por parte del club y él asume su responsabilidad. Está consciente que se equivocó, que no es la manera en la que se tiene que actuar. Tiene que pensar su presente y pensar que quiere para su futuro. Es importante que asuma su responsabilidad como lo hace y darle vuelta a la página. Todo ser humano puede equivocarse. Sí le debe de servir de aprendizaje de vida”, aceptó.

Como un padre ejemplar y como protagonista también de algunos altercados, Corona le mandó un consejo, que también ya platicó con él en persona. “Hay ocasiones que por más molesto que esté uno no debe actuar de esa manera. Yo también me he equivocado y le digo que no cometa mis mismos errores. Él es joven, debe ir aprendiendo para que él decida el buen camino”, finalizó.

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