8, marzo 2023 - 13:57
María del Rosario Espinoza es un símbolo del deporte mexicano. FOTO: Mariana Acevedo | ESTO
La recién retirada María del Rosario Espinoza recordó parte de su trayectoria dentro del taekwondo, disciplina que la encumbró como una de las mejores atletas en la historia de México al cosechar tres medallas olímpicas, aunque fue un deporte al que llegó de manera improvisada.
Como parte de su potencia en el primer “Foro Mujeres Transformando el Deporte” que se efectuó en las instalaciones de la CODEME en el marco del Día Internacional de la Mujer, la multimedallista valoró lo que hizo el deporte en su vida.
“El deporte lo tomé por curiosidad, tenía 4 o 5 años cuando en La Brecha (su pueblo natal) no había deporte y llegó el taekwondo, no había infraestructura y ningún apoyo en una comunidad dedicada a la ganadería, a la pesca. Mi familia se ha dedicado a la pesca”, recordó la sinaloense.
Insistió que siempre estuvo ligada al deporte “por la curiosidad, era una niña muy inquieta, pero tenía esta parte de practicar cualquier deporte de una manera improvisada, recuerdo que en La Brecha en los sembradíos agarrábamos un palo hacíamos una pelota y jugábamos beisbol, de una manera u otra el deporte se iba acercando a mi vida”.
Destacó que su familia jamás le negó la práctica de alguna disciplina, clave para llegar hasta donde lo hizo. “Llega un profesor de taekwondo a La Brecha, fui impulsada en mi casa. En mi núcleo familiar jamás hubo un no en cualquier práctica deportiva que yo quisiera hacer futbol, basquetbol atletismo, voleibol y nunca me dijeron que no”.
En su adolescencia, María del Rosario ya se enfocó más al taekwondo y su deseo de alcanzar un puesto en los Juegos Olímpicos comenzó a crecer, por lo que tuvo que hacer sacrificios y trabajar al máximo pues no conocía lo que era el deporte de alto rendimiento, por lo que no fue del todo sencillo.
“Llegó el momento a mis 15 años donde me tenía que mudar de ciudad, esta etapa de mi infancia me enseñó la perseverancia, persevere para ser una niña feliz, aunque no tenia los medios. Cuando viajo a concentrarme en selección nacional a los 15 años no sabia que me deparaba el destino y me encontré con algo que se llama alto rendimiento que fue la transformación de lo que yo le llamaba deporte, me costó mucho trabajo adaptarme al alto rendimiento, fue doloroso, algo que no fue agradable, lloraba en las noches, pero no sabia si era por mi dolor de cuerpo o por extrañar a mi familia”.
Agregó: “Yo quiero ir a unos Juegos Olímpicos y entendí que siempre hay que trabajar por la oportunidad a pesar de la adversidad, me llegó estar en mis primeros Juegos Olímpicos en 2008 y para mí fue conocer Disneyland a pesar de que no conocía a Mickey y nada de eso. Para mí eso eran los Juegos Olímpicos, era un escenario increíble, el escenario ideal, el mundo del deporte, veía muchos cuerpos, esa mirada de ilusión de cada deportista por ganar una medalla y yo también estaba con esa ilusión”.
Quien ganaría la medalla de oro en Beijing 2008 jamás olvida uno de los días más importantes de su vida. “El 23 de agosto de 2008 fue un día especial, marcó mi carrera deportiva al ganar mi primera medalla olímpica que fue la medalla de oro, la cereza en el pastel ese día fue cantar el himno Nacional y estar en lo más alto decir que ‘yo María pude darle este granito de arena a México para transformar e inspirar a otras mujeres’”.
María del Rosario Espinoza se congratuló porque de a poco las mujeres han ocupado diversos puestos de alta importancia dentro del deporte, no solo como atletas, en la actualidad Ana Gabriela Guevara dirige la Conade, mientras que María José Alcalá está al cargo del COM y Liliana Suárez en el COPAME.
Finalmente, la multimedallista mexicana cerró con un breve mensaje: “Hay que ser atrevidas, tener esa libertad de practicar un deporte y el deporte que nosotras queramos, con eso me voy. Siempre dar el cien por ciento el cien por ciento de las veces”.
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