El pelotero mexicano Luis Urías, de los Cerveceros de Milwaukee, se sinceró y aunque está a punto de cumplir su sexta temporada en las Grandes Ligas no olvida sus raíces y el esfuerzo que en algún momento dado hicieron sus padres para lograr el sueño de ser beisbolista profesional.

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En un video publicado por el portal oficial de los Brewers, el sonorense subrayó que su papá fue el principal impulsor para dedicarse a la pelota caliente, mientras que su mamá siempre estuvo más preocupada porque estudiara, aunque después, con el pasar de los años la convenció y recibió su respaldo.

“Crecí en un pueblo que se llama Magdalena de Kino, Sonora es el estado, crecimos una familia de cuatro, desde que tengo memoria mi papá me empujó a jugar beisbol, se encargó más en la disciplina del beisbol y mi mamá se encargó más del como soy como persona, de la disciplina fuera del campo. Mi mamá no quería que jugara beisbol”, expresó el “Wicho”.

Abundó: “Mi mamá no quería que jugara beisbol, cuando llegaron las ofertas de ser profesional de irme a jugar tiempo completo, mi mamá no quería que jugara, quería que estudiara, que fuera a la Universidad, en México es un poco diferente, tienes que elegir entre estudiar o jugar beisbol, pero la terminé convenciendo y está contenta”.

Destacó y agradeció el esfuerzo que hicieron su padre Ramón Urías y su madre María Trinidad Figueroa, quienes con sacrificio pudieron colaborar para que Luis, al igual que su hermano Ramón, cumplieran el sueño de llegar a la “Gran Carpa”.

“Los sacrificios que hicieron mis papás para cumplir los sueños fueron bastantes, cuando tenía torneos que tenía que ir a otros estados ellos hacían lo posible para apoyarme con el dinero necesario para que no me faltara nada”, valoró Luis Urías, de 25 años.

En un principio, el infielder de Milwaukee señaló que jugaba al beisbol por diversión, no creía llegar al profesionalismo hasta que en la juventud se decidió y apostó todo por el deporte. “Jugué por diversión, me gustaba, nunca pensé en ser profesional. Después ya llegó el momento que tenía los 15 o 16 años y me entró en la cabeza de que es lo que quería ser para siempre”.

Quien lloró junto a sus padres el día de su debut en Grandes Ligas con Padres de San Diego resaltó que sus héroes son sus papás y su hermano, Ramón, quien juega con Orioles de Baltimore, a quienes les debe todo.

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