En la Sultana del Norte se prendieron las alarmas. André-Pierre Gignac tuvo que pasar la noche en el hospital debido a un balonazo que recibió en la nuca por parte del ecuatoriano Félix Torres, en el partido entre Tigres y Santos de la Copa por México, que terminó en empate a un gol y con ambos equipos eliminados.

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Todo parecía algo normal y rutinario, pero el delantero francés cayó en el césped del estadio Universitario y tuvo que salir del campo. Ya en el banquillo presentó síntomas de vómito, por esa razón decidieron hacerle un chequeo más a detalle. Después de la valoración y de algunos estudios, el goleador presentó un traumatismo craneoencefálico y se estima que en 48 horas se reincorpore a las actividades normales con el cuadro felino, de cara a su preparación rumbo al Clausura 2023. Una lesión más seria ha sido descartada por completo y ya hasta ha sido de alta del nosocomio en Escobedo.

Fue el director técnico Diego Cocca el que anunció los pasos que seguiría su jugador, después de que abandonó el Volcán de Nuevo León. “Se fue al realizar estudios por precaución, sobre todo porque fue un balonazo. Como que sentía ganas de vomitar en el banco y nos preocupó a todos, pero son síntomas normales. El doctor tiene muchas expectativas de que no sea nada y únicamente quede en un susto”, fueron las palabras del entrenador universitario, que finalmente sólo quedaron en preocupación y nada más.

Fue así como el histórico francés de Tigres recibió buenas noticias y estará en óptimas condiciones para iniciar un año más con su equipo, donde buscará aumentar su cuota goleadora y buscar un título más con los felinos en el ocaso de su carrera.

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