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22, noviembre 2022 - 12:16

┃ Luis García Olivo /ENVIADO

Memo Ochoa celebró eufórico la atajada a Lewandowski / Foto: Reuters

Doha.- Heroísmo es la palabra favorita de Guillermo Ochoa cuando se trata de Copas del Mundo. El meta nuevamente se puso la capa de héroe, se fajó los pantaloncillos, afinó la mirada de águila, no apostó a adivinar, sus guantes simularon ser un imán para atraer la pelota y esperó hasta el último parpadeo para atajar el penalti de Roberto Lewandoski para salir entre aplausos y decretar el 0-0 en el debut de México contra Polonia en el arranque del Mundial de Qatar 2022.

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El meta azteca celebró por partid doble, atajó el penalti y contabilizó su quinto Mundial, por lo que la carrera de Ochoa se torna memorable al siempre estar al cien en las Copas del Mundo. En el pasado les había atajado a Neymar y Kroos, y hoy tocó turno a Lewadoski.

El meta azteca celebró por partida doble, atajó el penalti y contabilizó su quinto Mundial, por lo que la carrera de Ochoa se torna memorable al siempre estar al cien en las Copas del Mundo. En el pasado les había atajado a Neymar y Kroos, y hoy tocó turno a Lewandowski.

México intentó conseguir la victoria, planteó el juego para su causa y buscó el gol de la diferencia, pero Polonia no quiso jugar, se conformó con un empate y el grupo se torna emocionante tras la derrota de Argentina contra Arabia y la igualada entre aztecas y polacos.

Todos los caminos llevaron al estadio 974, era tiempo de ver al Tricolor en su debut. Los ánimos estaban por las nubes dentro del aficionado mexicano y más porque unas horas antes había perdido Argentina frente Arabia Saudita, un resultado inimaginable y que ponía a todos con la ilusión a flor de piel.

Esa misma energía positiva se reflejó una vez que México salió al duelo que aguardaba desde hace tiempo. Dos caras de la moneda para México durante la primera parte. Existieron llegadas de peligro originadas, en su mayoría, por Hirving Lozano y Alexis Vega, pero ese ataque no llegó a ser regular.

Martino no arriesgó y menos inventó en su planteamiento, el casado 4-3-3 fue su punta de lanza hacia el frente. Edson movió los hilos en el mediocampo, Moreno arropó a Montes en la central, Mantín no apareció y Ochoa impulsó a los suyos en cada jugada.

Con los minutos constantes en el Napoli, Lozano fue un demonio por la pradera derecha, en una y otra vez desbordó y sacó centros venenosos que no logró conectar Alexis Vega. El de las Chivas operó de la misma manera por sector izquierdo, pero nada para echarse a la bolsa. A él se unió Gallardo que también tuvo un fuerte aviso y México ligeramente fue más. Polonia no causó tanto peligro y estuvo a la caza de un error del silbante o el rival.

Recién iniciada la segunda parte, Lozano le sacó filo a su pierna derecha y nuevamente Szczesny se quedó con la pelota. Inmediatamente y cuando México jugaba en el área europea, desde la cabina del VAR indicaban al central checar una jugada, una acción de rutina entre Moreno y Lewandowski, pero que dejó tendido al polaco, la jugada era parte del pasado pues transcurrieron dos minutos. No obstante, el silbante decretó la pena máxima, sí hubo falta del mexicano.

Abucheos e injurias desde las gradas hacia el nazareno, poca esperanza hacia Ochoa pues atajar penaltis no es su fuerte, pero el meta silenció a todo el estadio 974, pues se especializa en robarse el show en las Copad del Mundo, así ha marcado su historia en Brasil, Rusia y ahora Qatar. El portero detuvo el penalti de Lewandoswki y todo el mundo lo celebró. Ochoa festejó en grande su quinta Copa del Mundo.

La afición repudió constantemente al central, la banca también, pues incluso el auxiliar Jorge Theiler fue pintado de amarillo. Anímicamente México estaba fuerte debido a la actuación de Ochoa, pero no encontraron una ventana para abrir el cerrojo. Cambios para refrescar el esquema fue lo que siguió en el andar azteca.

Charly Rodríguez y Raúl Jiménez entraron a escena, el guion fue el mismo del 4-3-3 en busca de poder marcar la diferencia. Chucky perdió fuerza y los polacos leían a perfección el juego de los nuestros.
Antuna también ingresó y entró la recta final en busca de la diferencia, pues en las estadísticas México era más, pero no lograba capitalizar en el electrónico. La banca mexicana presionaba al silbante por más tiempo agregado, Polonia retrasó las jugadas en busca de firmar la paridad en pleno tiempo agregado que se vivió intensamente cada uno de los 7 ‘minutotes’.

El Brujo pecó de egoísmo en la última manifiesta pues quedaba libre y frente al marco Raúl Jiménez, con ello el silbante central decretaba la paridad sin que las redes se movieran y sin que ninguno de los dos se hiciera daño. México sí fue más, no una aplanadora, pero estuvo más cerca de la victoria frente a una Polonia que solamente jugó a conformarse desde el primer minuto. Ahora vendrá lo bueno porque la siguiente cita mexicana es contra Argentina que sorprendió al mundo con su inesperada derrota.

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