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31, octubre 2022 - 16:03

┃ José Ángel Rueda

Aaro Rodgers se echa el equipo al hombro y espera salir de la mala racha la próxima semana. Foto: AFP

Los Green Bay Packers viven una situación inédita bajo el mando del coach Matt LaFleur. En sus primeras tres campañas al frente del equipo, nunca antes habían perdido más de tres partidos, en esta ocasión ya acumulan cinco. Ante el mal momento, sin embargo, en el interior del vestuario hay optimismo de revertir cuanto antes la racha perdedora.

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“Nadie siente pena por nosotros. Tenemos que encontrar la manera de obtener una victoria. Siento que si podemos obtener solo una, entonces todo el impulso cambia. Vamos a tener que empujar la pelota por el campo para ganar juegos en esta liga”, señaló el mariscal de campo Aaron Rodgers.

La situación es crítica. Los Packers experimentan severos problemas a la ofensiva, sobre todo por aire. Ahora mismo la unidad es la número 18 de la liga con un promedio de 221.3 yardas por encuentro, un número atípico al tratarse de un ataque comandado por Aaron Rodgers, el jugador más valioso de las últimas dos temporadas.

Con 13 touchdowns y cuatro intercepciones en ocho partidos, el arranque del mariscal de campo ha sido lento. A estas alturas, en la campaña 2020 ya registraba 24 envíos a la zona prometida. Uno de los factores está en su cuerpo de receptores, el cual aún no se repone de la baja de Davante Adams, quien era claramente el aliado más importante de Rodgers.

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La derrota de este fin de semana ante los Bills fue un buen reflejo de la problemática de los Packers. El ataque terrestre comandado por Aaron Jones y AJ Dillon registró 208 yardas, un número que contrastó con las 203 yardas que el equipo sumó por aire, muchas de ellas en la parte final, cuando la defensiva de Buffalo había aflojado en su cobertura.

Los números rojos no se reducen al partido de este domingo, sino que son una constante a lo largo de la temporada. En ninguno de los ocho partidos, Rodgers ha podido superar las 260 yardas, algo que en la temporada pasada sólo ocurrió en seis de los 17 encuentros en los que el mariscal de campo participó.

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