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25, octubre 2022 - 18:14

┃ José Ángel Rueda

Michael Schumacher tiene buenos recuerdos de México. | Foto: MEXSPORT

Como todo recinto deportivo, el Autódromo Hermanos Rodríguez ha estado destinado desde su fundación para las tardes memorables . Al vértigo de la velocidad, las grandes hazañas se han escrito sobre el trazado de la Magdalena Mixhuca. Una de las más recordadas corresponde al legendario Michael Schumacher, quien, antes de convertirse en uno de los pilotos más ganadores en la historia de la Fórmula Uno, probó en México por primera vez las mieles de un podio.

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Era la década de los noventas, los tiempos de Ayrton Senna, de Alain Prost, días dorados. Schumacher tenía 22 años; había corrido apenas siete carreras en el máximo circuito, y aunque tuvo que retirarse en tres de ellas, ya mostraba pasta de gran piloto. Conscientes de tener ese diamante en bruto, la escudería británica Benetton le abrió las puertas para ser uno de sus pilotos en la temporada 1992.

El alemán comenzó bien el año, al quedar en cuarto lugar en el Gran Premio de Sudáfrica. El siguiente en el calendario era el Gran Premio de México, en el Hermanos Rodríguez. Schumacher llegó embalado, y firmó un fin de semana que ya advertía de sus alcances, al clasificar en la tercera posición, por encima del entonces tres veces campeón del mundo, Ayrton Senna.

Ya en la carrera, el 22 de marzo de 1992, ante un autódromo repleto, Schumacher firmó una actuación sólida que le permitió sumar su primer podio en la Fórmula Uno. El piloto alemán defendió su lugar en la largada y pese a su juventud, no cometió errores. El domingo fue accidentado, con 13 abandonos, entre los que destacó el de Ayrton Senna, uno de los llamados a subir al podio, junto a los dos pilotos de Williams, representados por el británico Nigel Mansell y el italiano Riccardo Patrese.

La retirada de Senna llenó de confianza a Schumacher. El piloto de Benetton completó en su bólido amarillo las 69 vueltas que por entonces tenía el recorrido del Gran Premio mexicano, lo hizo sólo por detrás de Mansell y Patrese, así como un día antes en la clasificación.

El británico se apoderó de la parte más alta del podio, con un tiempo de 1:31:53.587 horas, mientras que el italiano y el alemán llegaron a la meta 12.9 y 21.4 segundos por detrás. En ese momento, el mundo del automovilismo conoció el nombre de Michael Schumacher, un joven piloto con las facultades de medirse con los más grandes.

Después de ese tercer lugar, “Schumi” no hizo más que ascender, hasta consolidarse como el piloto más ganador en la historia del gran circo, con siete títulos mundiales, sólo igualado por el británico Lewis Hamilton. En su laureada carrera, consiguió 155 podios, incluidas 91 victorias, las cuales lo llevaron a dominar su deporte por toda una época.

Aquel podio en el Autódromo Hermanos Rodríguez no fue la única vez que Schumacher estuvo en México. Años antes, como parte del Campeonato Mundial de Prototipos, el alemán dio muestras de sus alcances a bordo del Mercedes-Benz C11, al imponerse en la ronda mexicana.

Desafortunadamente, tras aquel Gran Premio de México de 1992, siguieron años de sequía. El país se quedó sin Fórmula Uno por décadas, hasta que en el 2015 los motores volvieron a rugir. Para entonces, Schumacher ya peleaba otra batalla, luego de que en el 2013 sufriera una caída mientras esquiaba que le provocó un daño cerebral permanente.

Sus hazañas sobre las pistas, sin embargo, quedan en la memoria, y el primer podio de su exitosa carrera, al calor del público mexicano, es una de ellas.

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