El fracaso se consumó, Pumas se quedó sin repesca y Andrés Lillini, entrenador de los felinos fue claro, no se bajará del barco. El argentino reveló que su mente está en planificar el próximo torneo, aunque, será cuestión de Miguel Mejía Barón y la directiva universitaria si continuará en el cargo. “No es una pregunta para mí, tengo contrato firmado y los que disponen son ellos. Bajarse del barco lo veo como una cobardía; el esfuerzo no lo saco de mi cabeza de volver a hacerlo y por supuesto que luego hay situaciones que se analizarán. El futbol es muy simple en estas situaciones adversas”.

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Esperará a que la directiva tome la mejor decisión. “Mejía Barón nunca me dio la espalda, siempre están conmigo y eso se agradece eternamente, porque es ahí donde se agradece. De un barco nunca me bajé ni en lo personal ni en lo humano. Hemos pasado momentos muy buenos”.

Aceptó que se fueron golpeados de la Angelópolis. “Se pondrá todo en la balanza, pero los jugadores están muy mal, están con un sentimiento, pero ellos lo sacarán adelante”.

Las anotaciones iniciales en contra fueron una des sus características del torneo. “Lo de los goles fue una constante en el torneo, pero no es por los jugadores, pero nos cuesta; son inercias y a la afición es difícil de explicarles, no tuvimos la dinámica de sacar esto adelante y eso nos llevó a la falta de contundencia. Es ida y vuelta la situación, entonces el primer responsable es uno”.

Aclaró que perdieron su estilo. “Uno va viendo qué le va faltando, creo que se hizo una situación que no era propia del equipo en lo interno, y no es una cuestión de nombres y apellidos. Quizá me faltó permear eso al grupo, de bajar los decibeles y tendría que bajar las expectativas. Somos un equipo de lucha, de sacar situaciones difíciles importantes. No tenemos un jugador que pueda ganar un partido, dependemos que cada uno esté bien, en su máxima expresión, porque somos un equipo de mucha lucha. Tenía que bajarle las expectativas de todo lo que se había creado”.

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El adiós le costó mucho. “Un sabor muy amargo, no cumplimos el objetivo deportivo que nos planteamos, nos quedamos fuera de todo, deportivamente es un fracaso. Tampoco es una cuestión de inversión. El sabor es de derrota, estoy derrotado, es lo peor que me puede pasar en la vida. Por supuesto el agradecimiento siempre”, sentenció.

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