Oribe Peralta Morones portó el uniforme de Santos Laguna en el encuentro de los Guerreros contra Juárez FC, salió por el túnel junto con el once que enfrentaría al equipo fronterizo de Chihuahua y participó en la ceremonia de arranque, donde una banda de música hizo los honores a la bandera.

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El momento más emotivo fue en el medio tiempo, cuando en las pantallas del estadio transmitieron un clip de su vida de niño en el ejido La Partida, de donde es originario.

En el video se veía al niño humilde que disfrutaba de una piñata y una pequeña entrevista a don Miguel su padre y a doña Julieta su madre. Después el tomó el micrófono para agradecer lo que la afición le ha dado al jugador.

No pudo evitar las lagrimas del emotivo momento y la conexión que tenía con los 18 mil 721 espectadores que se dieron cita a la cancha que lo vio crecer, evolucionar y volar.

Se dijo agradecido con Dios, con sus padres y con la vida misma por todo lo que ha tenido gracias al futbol.

Luego, con su hijo menor dio vuelta la cancha, al unísono de “Oribe, Oribe, Oribe…” mientras de la cancha lanzaban playeras conmemorativas del evento. En el cielo los fuegos pirotécnicos hacían su parte. La fiesta fue redonda para los laguneros, porque es la primera vez que alguien de esta tierra se convierte en inmortal.

Desde antes de que iniciará el encuentro en la cabecera sur fue instalada una playera gigante de Santos, con la cara del “Cepillo”, el oriundo de La Partida, Coahuila y que ha puesto en lo más alto el nombre de La Laguna.

Al minuto ’67, los seguidores de los Guerreros cantaban, “Ooooribe Peralta…” al tiempo que ondeaban los abanicos con el rostro del jugador que portó el número 24 cuando militó en Santos Laguna.

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