“Horas antes de salir de México quiero despedirme de la afición mejicana por conducto de ESTO. Me voy lleno de amor a Méjico, colgado de recuerdos y agradecido por tantas atenciones como he recibido de la afición y del público mexicano.

“Me marcho también, apenado por la ruptura del convenio taurino, por medio del cual pude venir a Méjico para aprender a quererlo. Son tantas las atenciones que he tenido aquí, que no las podré olvidar nunca y siempre las recordaré y las agradeceré con todo mi corazón”.

Manuel Rodríguez /Manolete

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Esta es una de las dos cartas que a lo largo de su vida Manolete dedicó a la afición taurina mexicana a través de El Diario de los Deportistas. El texto abandonó el resguardo de la Fototeca, Hemeroteca y Biblioteca Mario Vásquez Raña, en ocasión del 75 aniversario del trágico acontecimiento de la muerte del “Monstruo de Córdoba”.

Como se recordará, el 28 de agosto de 1947 Manolete, el más grande de todos los toreros, fue herido por el toro llamado Islero, de la ganadería Miura, en la plaza española de Linares. Diez horas más tarde perdió la vida a consecuencia de la cornada que le rompió una arteria.

Su novia, la actriz Lupe Sino, no logró despedirse de él, se lo impidieron las personas más allegadas del torero, entre ellos el apoderado José Flores Camará, ante el temor que se casaran en artículo mortis, toda vez que tras cuatro años de amasiato tenían planeado realizar su boda en octubre de ese año a pesar del rechazo que la madre del coleta doña Angustia Sánchez sentía hacia Antonia Bronchalo Lopesino, nombre real de la artista. Ella, como Manolete, visitó dos veces el suelo mexicano a donde regresaría hasta 1949.

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Así como en España, Manolete, nacido en Córdoba, había conmocionado la vida en nuestro país desde que se anunció que torearía aquí en 1945. Días antes de su debut en la capital, el público acampó a las afueras de las taquillas para comprar boletos, los cuales alcanzaron precios fabulosos para ese tiempo.

Llegado ese día, lo más granado de la sociedad quería estar cerca de él, por ejemplo, el reconocido actor Armando Calvo, quien logró acompañarlo en su habitación mientras se vestía de luces.

Carlos Arruza fue el mexicano con quién Manolete más alternó, desarrollaron gran rivalidad en el ruedo así como una amistad fraterna fuera del coso; mientras que Luis Miguel Dominguín fue su rival acérrimo con quien incluso toreó la tarde de Linares, cuando por delante ejerció “Gitanillo de Triana”, en la combinación que integró el empresario Eduardo Balaña Espinós.

Fue tal la importancia de Manolete y el calado de su muerte a nivel internacional que hasta el Primer Ministro de Inglaterra, Winston Churchill envió un telegrama con sus condolencias a la madre del diestro.
Manolete amó a México y a su gente. Vaya hasta él este recuerdo.

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