Presumen las nóminas más costosas del futbol mexicano, a los delanteros más letales de los últimos tiempos, y mucha pasión en su rivalidad, pero la expectativa que generó el Clásico Regio 128 quedó muy lejana a la realidad. Rayados y Tigres no se hicieron daño, quedaron a deber el espectáculo y los goles, aunque el empate los mantiene en los primeros puestos. 0-0 final.

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Dos de los mejores equipos del torneo, el segundo contra el tercero, todo prometía. El duelo millonario fue intenso, al menos en su primera mitad. Rayados comenzó con el peligro, mostró su vocación ofensiva con Aguirre y Berterame, pero los extranjeros nunca se pudieron conectar. La ausencia de Rogelio Funes Mori por lesión se notó.

Monterrey propuso y tomó la iniciativa. Tigres decidió esperar, optó por el contragolpe y de esa forma quiso hacer daño con mucho diente. Nicolás López avisó de larga distancia con un disparo potente que pegó en el travesaño. El uruguayo tuvo una más, pero el portero Esteban Andrada desvió su disparo para que conectara con el poste. La Pandilla se salvó.

Rayados se topó con unos felinos bien parados. Maximiliano Meza y Ponchito González no fueron determinantes ni influyeron. Del otro lado, López tuvo una más. Diente por fin venció a la Sabandija, el balón estuvo cerca de ingresar a la red, pero el defensa Sebastián Vegas se barrió de forma milagrosa y detuvo en la línea. El marcador pudo moverse más de una vez, aunque no lo hizo.

El complemento bajó totalmente de revoluciones. Los equipos norteños se preocuparon más por no equivocarse que por hacer daño, el peligro en ambas porterías disminuyó.

Monterrey pudo mover las redes. Berterame disparó, pegó en González y el rebote le cayó a Meza, quien venció a Guzmán. Todo quedó anulado. El VAR analizó y anuló el gol por fuera de lugar de Ponchito.
No hubo más. Mucha pasión, pero poco espectáculo en la Sultana del Norte.

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