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14, agosto 2022 - 16:58

┃ Alland Jhonnathan

Foto: Manuel Montoya | Mexsport

El efecto Puebla lo ha vuelto a hacer, ése capaz de resurgir a la versión más goleadora de Fernando Aristeguieta, de hacer una vez más a Omar Fernández un futbolista desequilibrante, ya comenzó a surtir resultados en Jozy Altidore, fundamental para el empate a tres del viernes en Tijuana, donde La Franja remontó una desventaja de dos goles en el marcador.

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Si usted no cree en el efecto Puebla basta con revisar los números, fríos, pero contundentes. Antes del blanquiazul en 17 partidos en la Major League Soccer (MLS) de los Estados Unidos, 588 minutos jugados, donde el moreno apenas marcó un tanto; a su llegada a la Angelópolis, en dos juegos, 27 minutos sobre el verde y el ariete ya se estrenó en México y recordó qué es ser goleador tras quebrar una sequía al frente de más de tres meses.

¿Es prematuro hablar del efecto Puebla sobre Altidore? Tal vez así lo sea, pero este “hechizo” hizo ya lo suyo poco a poco en el pasado reciente con el hoy lesionado Aristeguieta y con el resurgido Fernández.
Puede el “embrujo” se haga presente una vez más el martes cuando La Franja reciba en el Cuauhtémoc a Atlético San Luis, pues el estadounidense ya ganó en seguridad tras convertir frente al arco contrario y marcar diferencia entrando a la cancha como cambio.

Todo esto cuando su rival por ser el referente en el ataque blanquiazul, Martín Barrragán, ha perdido el marco en los últimos tres compromisos y para ganar se necesitan de goles. Aunque también es real la poca aclimatación del moreno a la altura de la ciudad; ahí Barragán lleva mano y por dicha razón es muy probable adelante de nuevo al norteamericano en la alienación.

¿QUÉ ES EL EFECTO PUEBLA?

Es sencillo, es un valor llamado determinación aderezado con confianza y en La Franja gente con mayor o menor talento al de Altidore (Ormeño, Fernández, Aristeguieta, Tabó) gozaron del ánimo y el aliento del club o de su técnico Nicolás Larcamón a grado tal de sacarle al jugador menos probable el máximo de los réditos.

Los resultados de esa confianza depositada hablan por sí solos antes, durante y después de la etapa de cada uno de los nombres citados líneas arriba en el blanquiazul; sí, hay un antes y después de La Franja en cada uno de los mencionados.

Si Altidore se tratará de otro nombre influenciado por el efecto Puebla, sólo el tiempo lo dirá. La seguridad de Larcamón la tiene, también el respaldo o cariño de la afición; es decir, los ingredientes están como para pensar en el resurgir del norteamericano; sí, apenas el moreno marcó un gol, pero así empezaron los ya mencionados, los cuales se acabaron revalorando y yéndose por una buesta pasta de la Angelópolis, lo que pasó después es harina de otro costal.

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