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14, agosto 2022 - 6:00

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Foto: Martín Montiel

En la esquina de las calles Izazaga e Isabel la Católica, un edificio de tipo colonial parece desentonar con el paisaje urbano entre el ruido constante del paso de los automotores y los puestos ambulantes, así como el intenso transitar de gente por esta popular avenida, ahí se encuentra la sede de la Federación Mexicana de Charrería y dentro, el Museo de la Charrería , donde al ingresar se inicia un viaje por el tiempo para descubrir cómo surgió el deporte nacional desde el tiempo de la conquista, pasando por la Independencia, la Revolución, hasta nuestros días y que deja atrás el ruido de la calle.

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Humberto Carmona es el guía oficial de este recinto que diariamente recibe a centenares de visitantes nacionales y extranjeros e impresiona su amplio conocimiento de la historia de la Charrería y su aparición en México. El Museo está a cargo de Xavier Ortega Basset. Ambos personajes destacados y charros de tiempo completo.

Foto: Martín Montiel

El recorrido inicia con una bien documentada historia de la forma comos este lugar, que antiguamente fue el Convento de Monserrat, fue cedido a la entonces Federación Nacional de Charros que obtuvo el comodato para albergar el museo y las oficinas de la ahora Federación, gracias a la restauración de la misma ya que en alguna época llegó a ser un hospital y hasta una vecindad en los 70’s, y con las aportaciones de los Charros, quienes han donado objetos históricos, se ha logrado tener un valioso acervo histórico.

Después de apreciar en fotografías a aquellos que hicieron posible tener este lugar, y destacar el intercambio cultural con otros países como España que también ha aportado objetos de gran valor como una réplica de la espada de la Reina Isabel, entre otros presentes. Otro país con el que se ha logrado una gran hermandad es Argentina y se cuenta con una serie de objetos de los llamados gauchos. En estas vitrinas también se puede ver una réplica del sombrero de charro que se le regaló al Papa Francisco durante su última visita a México que incluye motivos papales, pero sobre todo guadalupanos.

Foto: Martín Montiel

La primera parte del museo cuenta con objetos que pertenecen a los siglos XVI, XVII y XVIII, desde la llegada del caballo a América y cuando a los indígenas se les permite montar, aparecen los chinacos que habrían de ser el inicio de la transición a los Charros que ahora conocemos, así como la evolución de las herramientas para montar como la vestimenta y las sillas.

En el mismo camino se puede ver una silla de montar y una pistola que pertenecieron al general Pancho Villa; una silla de montar de Maximiliano de Habsburgo, un traje de charro de Jorge Negrete, un traje de charro con aplicaciones prehispánicas, todo tipo de sillas para charros y escaramuzas, herraduras, armas, espuelas, entre otros arreos que se utilizan en las suertes charras.

Foto: Martín Montiel

Es posible conocer la creación de las sillas de montar que usan las escaramuzas y las diferencias que existen con las monturas masculinas. Existe una zona exclusiva para detallar las cinco categorías del traje charro, que van desde la más sencilla que es el traje de faena, hasta el traje de lujo y lo mismo en los vestidos de las damas charras y escaramuzas, que son de Adelita y estilo China Poblana, así como los materiales con los que se elaboran con magistral trabajo de artesanos mexicanos en cuanto a botonaduras y bordados especiales. Los diferentes tipos de sombreros y sus diferentes usos.

Foto: Martín Montiel

Se pueden apreciar armas, frenos, sables, machetes y espuelas y la evolución que a través de la historia han ido sufriendo. También se puede ver una tradicional calesa que era utilizada para eventos muy especiales, pero fue el vehículo de los hacendados.

Extranjeros son muy frecuentes

Humberto Carmona, guía oficial del Museo de la Charrería, se dijo orgulloso de tener este privilegio de dar a conocer la historia de la Deporte nacional desde sus inicio y ve con agrado que la reacción de los visitantes es muy especial porque cuando salen de él, se van con una idea más clara de la charrería y el orgullo de ser parte importante de la historia de México.

“La gente extranjera se va maravillada porque se sorprenden de la grandeza de México y de su cultura, el valor de los artesanos y a la gente de México dicen sentirse muy orgullosos de ser mexicanos, ahora entiendo el valor de la charrería y cada vez viene más gente a conocer este museo que es completamente gratuito”, comentó.

Foto: Martín Montiel

El entusiasmo es tan grande al conocer el lugar que muchos desean ir más allá de todo este conocimiento. “Algunos me piden conocer la virgen de Monserrat, donde les explico la historia y como está cerca el salón de la fama les entusiasma ver las fotos de todos los que han sido presidentes de la Federación Mexicana de Charrería”, dijo.

Destacó que cada vez son más los colegios que desean hacer visitas para los alumnos y a diferencia de otros museos, el Museo de la Charrería abre en lunes y fechas especiales como la semana santa los visitantes aumentan considerablemente, sobre todo por la gran cantidad de turistas extranjeros que visitan el Centro Histórico.

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