JOSÉ ÁNGEL RUEDA

FOTO | OSWALDO FIGUEROA

Con la inédita participación de 25,000 corredores, la gran fiesta del Medio Maratón de la CDMX colmó el asfalto del Paseo de la Reforma. En punto de las 7 de la mañana, aún con el sol medianamente oculto, un río de gente partió desde la tradicional torre del Caballito para emprender la carrera.

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Poco más de una hora después, sin embargo, la algarabía se apoderó de los espectadores colocados en los costados de la avenida, cuando en la recta final, ya rumbo al Ángel de la Independencia, apareció la figura del tapatío José Luis Santana, representante de México en el Maratón de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, quien, con un tiempo de 1:05:36, conquistó los 21 kilómetros que comprenden el recorrido y se convirtió en campeón del Medio Maratón de la Ciudad de México.

Pocos minutos más tarde, la fondista Mayra Sánchez Vidal completó la fiesta tricolor al cruzar la meta en primer lugar, con un tiempo de 1:17:23. Los gritos de México, México se hicieron presentes, en lo que ya es una costumbre en este tipo de carreras en pleno corazón del país.

“Me sentí muy bien en el recorrido, más que nada por la gente que me va echando porras, fue lo que me fue motivando, y también por mi familia, me estaba viendo que iba en primer lugar”, dijo la mexiquense, quien sumó su segundo Medio Maratón CDMX tras conquistar el podio en el 2019.

El apoyo de la gente también fue importante para José Luis Santana. “Todo el recorrido vi mucha gente, al final, con las porras, me sentí como nuevo, te pasan la energía, la adrenalina, a pesar de que vienes cansado, es importante ese tipo de porras, está muy padre, es de los Medios Maratones que más he disfrutado. Realmente yo ya quería salir a Reforma, ver la última recta, cruzar la meta. Fue una adrenalina muy padre”, comentó el fondista.

En la rama varonil, el podio lo completaron el jalisciense Orlando Casillas, con un tiempo de 1:06:34 y el mexiquense Gadmiel Espinoza, con 1:06:54 , mientras que en la femenil lo hicieron la keniana Leah Jebiwot y la lagunera Argentina Valdepeñas, con registros de 1:18:37 y 1:18:55, respectivamente.

Como ya es costumbre, el Medio Maratón de la CDMX también contó con la participación de categorías adaptadas. En la silla de ruedas varonil, Mario Castillo se llevó el primer lugar, con un tiempo de 1:02:26, mientras que Luis Francisco Sanclemente y Ricardo Estada completaron el podio. En la rama femenil, por su parte, Ivonne Reyes culminó la carrera en 1:28:27. 

En la categoría de invidentes, María de los Ángeles Herrera se colocó en lo más alto al completar el recorrido con un tiempo de 1:45:29, mientras que Alejando Pacheco hizo lo propio en la rama varonil con un registro de 1:18:44.

GRAN CONVOCATORIA

Aún de noche, las calles aledañas a la Torre del Caballito se convirtieron en auténticos parques. Numerosos grupos de corredores se reunieron a hacer calentamientos. Al tradicional conteo se le sumaba el sonido de los tenis contra el asfalto y las palabras de aliento, como quien está a punto de emprender una aventura. El olor de las pomadas que buscan darle calor al cuerpo antes de comenzar la extenuante actividad es penetrante.  

Correr el Medio Maratón no solo representa una actividad física, también es una experiencia, así lo demuestran las porras que entre amigos se echan, y la foto del recuerdo del día que para muchos fue el primero, pero para otros es una historia que se escribe de manera constante.

“Esta ya es mi quinta vez que corro el Medio Maratón de la Ciudad de México, siempre es una emoción y un nervio antes de la competencia. Me motiva el entrenar, el mejorar los tiempos, la competencia esta cada vez más fuerte con los compañeros”, dijo Norberto, minutos antes de comenzar la carrera.

El aire de las mañanas, perpetuamente fresco aunque estemos en pleno verano, soplaba con fuerza, pero el calor de la hazaña futura era más fuerte que todo. A los últimos ejercicios de calentamiento se le sumaban los rituales de cada uno. Hay quien se persigna, quien escucha música con el gesto concentrado, quien come una última barrita de fibra, quien se hidrata apenas lo necesario.

Entonces llega el momento, y en punto de las 7:00 horas, la fila sobre el Paseo de la Reforma ya es kilométrica, como un desfile que poco a poco avanza con el pistoletazo de salida, ese que pone en marcha una escena casi épica. 

El recorrido no es fácil, hay subidas y bajadas, todo un reto para el cuerpo. La gente que apoya, sin embargo, suele ser una buena vitamina, sobre todo en esos metros finales en los que la energía se agota. En la línea de meta, los aplausos suelen combinarse con el grito de “sí se puede” , ese último aliento necesario para motivar a los participantes a terminar su recorrido.

La zona de recuperación está plagada de historias. “Gracias a Dios estamos aquí, corremos en honor a los que ya no están, los que no pueden, hay muchos que ya no llegaron, por todos los que quedaron en el camino, es una satisfacción terminar el Medio Maratón”, dijo la señora Consuelo.

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