JOSÉ ÁNGEL RUEDA

Foto: Isaac Ortiz | Mexsport

Dos poderosos Rayos en el estadio Victoria bastaron para electrocutar a los Tuzos. El “Lamborjimmy” no se achicó ante un equipo que llegó invicto pero que no pudo encontrar opciones para vulnerar el entramado defensivo rojiblanco. Un cabezazo de Brayan Garnica y un remate dentro del área de Milton Giménez, fueron suficientes para que Necaxa derrotara 2-0 al Pachuca y se colara a la parte alta de la clasificación.

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Poco a poco, el Necaxa de Jimmy Lozano vuelve a tener la consistencia que llegó a mostrar en el torneo pasado. Lejos de las desconcentraciones a pelota parada, los Rayos se han convertido en un equipo sólido, sobre todo a la defensiva. Esa condición le permitió afrontar el duelo ante Pachuca, bien consciente de sus opciones.

El cuadro tuzo quiso darle cierto descanso a jugadores importantes como Avilés Hurtado y Víctor Guzmán, pero Almada llevó en el pecado la penitencia. Luego de algunos avisos de la visita por la banda derecha, pasada la media hora, Necaxa encontró un contragolpe fulminante, no hubo mucho vértigo en la transición, pero sí toque rápidos e inteligentes que fueron certeros en el último tercio, cuando Milton abrió a la derecha a la llegada de García. El lateral tiró buen centro que Brayan Garnica remató dentro del área para poner el primero.

Ya en desventaja, los Tuzos buscaron subir la presión y cerca estuvieron de igualar las acciones tras robar un balón que le quedó a De la Rosa dentro del área, pero el atacante mandó su disparo por encima.

Ya en el complemento, los Rayos pegaron rápido. Milton Giménez se levantó tras un tiro de esquina y con un gran cabezazo puso en aprietos a Ustari. El meta argentino rechazó el balón al centro del área chica y tras una serie de rebotes el propio Giménez la mandó al fondo de las redes.

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El segundo gol de los Rayos sacó del letargo a Guillermo Almada. El uruguayo dio entrada a Hurtado y Guzmán y los Tuzos de inmediato mostraron otra cara, acaso esa dinámica del equipo subcampeón de México. Necaxa, sin embargo, soportó el vendaval y evitó el descuento de los Tuzos, que a pesar del asedio sólo tuvieron una clara en la recta final, con un cabezazo de Hinestroza que Malagón controló sin apuros.

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