Miguel Ángel Rodrigo Mújica

FOTO: Luis Garduño | ESTO

El arribo del equipo más popular del país a la Ciudad de México fue muy diferente a la de anteriores ocasiones.

Sin técnico oficial, con una malaria de resultados y poca expectativa, el Rebaño Sagrado llegó a la terminal aérea en la CDMX con nula presencia de aficionados rojiblancos.

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La gente se olvidó de su equipo, ni siquiera una bandera o el típico apoyo, Guadalajara no tuvo el respaldo de otras ocasiones.

Ricardo Peláez fue el primero en salir. El Director Deportivo de la institución simplemente se limitó a saludar a una que otra persona que lo saludó. Requerido para hablar, el ex goleador dijo que no y se retiró directo al camión.

El desfile lo comenzaron Miguel Ponce, Chicote Calderón y el juvenil Pérez Bouquet. Todos bien resguardados por la seguridad del club, salieron sin ninguna declaración.

Poco a poco la terminar se alardeó cuando reconoció a los jugadores emblemáticos del equipo tapatío. Alexis Vega, Isaac Brizuela y el Nene Beltrán fueron los que la gente reclamó para hacerse una foto, los jugadores acertaron pero sin frenarse.

Perdido entre el mar rojiblanco, el técnico interino, Ricardo Cadena, salió con celular en la mano y con una conversación. El entrenador solamente saludó con la mano y continuó su camino rumbo al camión.

Los últimos fueron el Charal Cisneros y un perdido César Huerta. Ambos llegaron con prisa. El camión tomó rumbo, el sur de la Ciudad esperó al Rebaño, mientras los policías del aeropuerto solicitaban a la gente no acercarse.

Así llegó Guadalajara, sin palabras ni el respaldo de su leal afición.

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