YAEL RUEDA

Foto: Reuters

La noche mágica con la que Thomas Tuchel, sus jugadores y todos los aficionados del Chelsea soñaron estuvo servida, pero un par de descuidos en la zona defensiva y el espíritu de lucha del Real Madrid permitió que los Merengues salieran del Santiago Bernabéu con el boleto a semifinales en la mano.

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Rodrygo y Karim Benzema aparecieron cuando todo estaba en contra de los Merengues, sus anotaciones mandaron una vez más contra las cuerdas a los Blues que pelearon con el cuchillo entre los dientes, pero no encontraron uno más, marcador final 2-3. global 5-4.

Mason Mount abrió el marcador con un disparo a segundo poste, inalcanzable para Thibaut Courtois y el festejó estalló para los londineses, que se mostraron superiores durante buena parte del trámite del partido.

Durante el primer tiempo, los Blues tuvieron sus insinuaciones, Real Madrid tuvo algo de precaución, siempre en la búsqueda de Karim Benzema, su hombre fuerte en la zona ofensiva.

Fue hasta el complemento cuando volvieron a estallar las emociones en el Santiago Bernabéu. Un cabezazo de Antonio Rudiger amplió la ventaja y dejó el empate global, la esperanza de los dirigidos por Thomas Tuchel se amplió ante un cuadro merengue visiblemente abrumado.

La inercia ofensiva permitió al Chelsea irse encima, por la banda izquierda, Marcos Alonso intentó meter la diagonal, la barrida de un zaguero le rebotó en la mano y quedó  a modo para que el español sacara un zapatazo de pierna derecha que encontró destino en el ángulo. El festejo estaba en pleno clímax cuando el VAR revisó la jugada y anuló el gol.

A pesar de todo, los blues no bajaron los brazos y encontraron el tercero en los botines de Timo Werner. Por la izquierda recibió la pelota, se sacó de encima a un jugador, hizo una nueva finta y definió. Courtois alcanzó a manotear, pero sin la fuerza suficiente y el balón cruzó lentamente la línea. ¡El Chelsea hizo el tercero de la noche!

Las cosas no podían ser fáciles, nunca lo son para los londinenses, así que una mágica acción de Luka Modric, un pase de tres dedos cayó exactamente en la zona en la que Rodrygo remató de primera y dejó parado a Edouard Mendy, una vez más, las acciones se igualaron en el marcador y todo quedó para el tiempo extra.

El error del Chelsea llegó en la primera parte complementaria, en la media cancha no hubo comunicación, Vinícius recuperó la redonda, llegó a línea de fondo y metió el centro venenoso para Karim Benzema, quien la mandó de cabeza al fondo de la red.

No hubo más en el partido, el Chelsea luchó hasta donde pudo, pero no le alcanzó para echar al equipo más ganador de Europa.

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