22, marzo 2022 - 6:00
Acevedo (1)
MARIANA GONZÁLEZ
FOTOS: NAYELI SOLORIO
Fortuna y encontrarse en el momento adecuado le sonríen al juvenil portero de Santos Laguna Carlos Acevedo, quien vivirá su primer llamado al Tricolor rumbo a un duelo oficial de eliminatoria mundialista tras la lesión de Jonathan Orozco que le significó ser baja.
El guardameta ya había sido convocado en 2021 para un duelo amistoso, por lo que fue el inicio de un sueño que quiere constantemente convertir en realidad. Desea ser la sangre nueva en el arco titular de la Selección Mexicana con miras a la Copa del Mundo de 2026. No obstante y al hablar de la meta azteca, Guillermo Ochoa es el referente, hecho que le enorgullece, pero también le invita a entrenar y esforzarse más, pues desea emularlo y superarlo.
“Nosotros debemos de luchar para ganarnos un lugar porque como jóvenes tenemos hambre de cumplir objetivos. Hay gente de mucha trayectoria y lo siguen demostrando. El cambio generacional se va a tener que dar, pero a los que están ahorita (porteros), les tengo mucho respeto y admiración. Espero algún día poder compartir ese puesto en el arco, ganarme un lugar dentro y representar a mi país”, abre en charla para ESTO.
Es consciente que varios guardametas atraviesan la recta final de su carrera como en el caso de Memo Ochoa, Alfredo Talavera, Rodolfo Cota y hasta Jonathan Orozco, por lo que se compromete a ser el ancla de una nueva generación de guardametas que triunfen en el balompié nacional e internacional. “De la nueva generación de arqueros vienen grandes talentos, lo hemos demostrado, pero de la ‘vieja guardia’ Ochoa, Talavera y Orozco son grandes arqueros a los que les aprendes muchas cosas. En mi once histórico, Guillermo va en la portería por lo que representa en los últimos años: referente nacional y por su trayectoria como arquero, actual capitán de la Selección Mexicana”.
Fue el año pasado cuando Acevedo recibió el llamado del Tata e incluso lo puso como titular contra Chile, una experiencia que nunca olvidará. “Me sentí muy feliz de recibir mi primer llamado (el año pasado). Tenía las ganas de ir y hacer las cosas bien. Desde el primer minuto lo disfruté al máximo y estoy trabajando para buscar más oportunidades”, relata junto al Lábaro patrio nacional.
Pese a su juventud, el portero no se minimizó en aquel duelo amistoso contra los andinos que terminó en 2-2, al contrario disfrutó el momento y lo recordó de manera especial. “En el tema mental yo ya estaba preparando porque era uno de mis objetivos, solamente pensé en disfrutar desde el entrenamiento, el viaje y la convivencia con el plantel. Soy dichoso de haber representado a mí país. Claro que estuve ansioso con la noticia y ya quería ponerme la camiseta”, rememoró.
SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
“Siento mucho orgullo representar a mí país”, expresa el joven guardameta mientras analiza quiénes ocuparán la línea defensiva en su Selección ideal: Rafa Márquez y Claudio Suárez, son los centrales, mientras que Carlos Salcido y Ramón Ramírez se desenvuelven en los laterales.
“Rafa es indiscutible por su trayectoria en Europa, tanto en Barcelona como en Mónaco. Es el referente de la Selección Nacional, un gran jugador y líder, y Ramón, Ramón tenía una pierna izquierda dichosa”, menciona.
Y es que, si en la actualidad es reconocido como una promesa del futbol mexicano, ganarse un lugar no fue sencillo para Carlos porque tuvo que pasar momentos amargos empezando en su club, Santos Laguna, etapa que calificó como “complicada”.
“Todos tenemos nuestra historia. La mía fue de muchas salidas, vueltas, pero siempre tuve mi objetivo bien fijo de ser jugador profesional y hoy en día lo estoy haciendo. Por esto llegar a vestir la camiseta de México es lo máximo, me provoca sentimientos encontrados, pues algunos hemos luchado más que otros”.
Hijo de un cirujano especialista, Carlos estuvo a punto de seguir el mismo camino que su padre al no encontrar las oportunidades que deseaba. Pero, como dicen, cuando algo es para ti llega en el momento menos esperado: un accidente dejó a Santos Laguna Sub-17 sin arqueros y ese fue el momento indicado para buscar, de nueva cuenta, ganarse un lugar y lo consiguió.
Para el guardameta hablar de futbol es sinónimo de ponerse los guantes y concentrarse en el balón para defender el arco, posición en la que se desenvuelve desde niño, alrededor de los 5 años, teniendo como máximo referente al también cancerbero mexicano Oswaldo Sánchez, a quien tuvo la oportunidad de conocer tanto en lo profesional como en lo personal, admirando su trayectoria especialmente en Club Santos Laguna.
“Cuando me dicen ‘futbol’ lo primero que viene a mi mente es un balón y los guantes, la posición de arquero que es donde me desenvuelvo. A los 5 años solo quieres jugar y divertirte. Poco a poco creces y se va formando la idea de ser jugador profesional. Fue alrededor de los 5 años que empecé a practicarlo. Mi máximo referente es Oswaldo Sánchez y en el plano internacional pongo a Iker Casillas, lo admiro por ser un referente en la Selección de España con la que consiguió un mundial en el 2010”.
PASIÓN Y EXIGENCIA, SUS CLAVES
No es nuevo decir que seguidores y medios de comunicación juegan un rol a la hora de criticar resultados colectivos e individuales a los equipos, algo con lo que los deportistas tienen que lidiar a diario.
Ante esto, el ‘Flaco’ fue tajante: “Somos personas”, dijo, “nos enojamos y tenemos errores. Aquí es donde entra esa parte a la que yo llamó ‘entrenamiento invisible’, que es aquel que no lo ve nadie más que la persona que lo vive: dormir, descansar, fortalecer tu físico y mente, que hoy en día es muy importante”.
Así pues, Carlos no dudó al afirmar que la presión por seguir avanzando en su carrera profesional es más propia que externa, describiéndose como una persona autoexigente, algo que le ha ayudado a ser un futbolista más regular y a transmitir los valores que ha adquirido principalmente de su familia. Por lo tanto, sabe que para estar hay que trabajar y seguir demostrando cosas positivas: “Soy un tipo muy pasional. No doy nada por perdido lanzándome a cualquier balón. Me gusta divertirme dentro del campo”.
Antes de continuar, Carlos interrumpió para señalar que Pavel Pardo fungiría como contención de su equipo, mientras que Cuauhtémoc Blanco sería el ‘10’ perfecto con el que le hubiera gustado compartir vestidor: “’Temo’ fue jugador de época, referente en América y la Selección Mexicana. A mí siempre me cayó bien, nunca se achicó y me gustaba su manera de jugar. Me hubiera encantado entrenar con él. De hecho creo que a lo largo de los años han surgido jugadores de calidad y ahora estamos para pelear si México clasifica al Mundial”.
En relación con la Copa del Mundo Qatar 2022 la pregunta fue directa: ¿Qué mensaje le mandaría Acevedo a quienes encabezan al combinado azteca para decir ‘aquí estoy’?, algo que respondió sin rodeos y de forma tranquila: “Si me toca o no, yo sigo trabajando y me siento dichoso por eso”, agregando además que será una gran competición ante otras naciones que buscan trascender como parte del deporte y cuando se logre superar la barrera del quinto partido, sin duda, México dará mucho de qué hablar.
Al fin terminaba de sumar a los últimos cuatro futbolistas al tablero que tenía sobre la mesa. Benjamín Galindo se ganó un lugar por su técnica individual; Zague, por su velocidad y explosión; y, por supuesto, no podía faltar Jared Borgetti, referente de Santos Laguna al ser un goleador y delantero ‘matón’ en el área con un gran cabeceo, según lo explicó Acevedo; por último apareció Oribe Peralta, a quien le aplaudió su trayectoria y medalla de Oro con la Selección Nacional Olímpica en Londres. Todos, comandados por ‘el Bigotón’ Ricardo la Volpe
“La Volpe es un técnico que siempre le dio la confianza a los jóvenes, a quién veía con calidad, por eso lo pongo como el técnico de mi 11 histórico en la Selección Nacional”, externó Carlos para luego enfatizar en que las nuevas generaciones merecen una oportunidad, misma que deberán ganarse con trabajo y mucha paciencia, pero sobre todo con la mentalidad de trascender y dejar algo positivo para quienes, como él, tienen el sueño de ponerse la camiseta de su país y representarlo sobre el terreno de juego.
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